Bolivia a un año del bicentenario – Gonzalo Rojas
La conmemoración del Bicentenario de la fundación de la República de Bolivia es un hito histórico que invita a reflexionar sobre los logros y desafíos del país.
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La conmemoración del Bicentenario de la fundación de la República de Bolivia es un hito histórico que invita a reflexionar sobre los logros y desafíos del país. Según el Doctor Gonzalo Rojas, politólogo y profesor universitario, la persistencia de Bolivia como nación independiente en un mundo crecientemente globalizado es un testimonio del éxito político. A pesar de las dificultades enfrentadas a lo largo de los 199 años de vida republicana, Bolivia ha logrado superar momentos críticos como la Guerra del Chaco, la Guerra del Pacífico y la Guerra Federal, entre otros. Estos eventos han moldeado la identidad del país, y aunque los logros no han sido extraordinarios, el hecho de haber sobrevivido y mantenido la independencia es en sí mismo un triunfo.
Institucionalidad y caudillismo: Un reto constante para la democracia boliviana
La vida republicana de Bolivia ha estado marcada por la lucha constante contra el caudillismo, un fenómeno que ha persistido desde el siglo XIX. Según Rojas, la institucionalidad debe prevalecer sobre la voluntad individual de los líderes, un principio que ha sido socavado en diversas ocasiones, como en el caso del expresidente Evo Morales, quien priorizó su poder personal por encima del orden legal. La institucionalidad republicana, que incluye la figura del presidencialismo, ha sido un arma de doble filo, alentando en ocasiones la aparición de líderes caudillistas. Rojas sugiere que Bolivia podría beneficiarse de un sistema semipresidencialista que ayude a mitigar la concentración de poder en una sola figura.
La construcción de la nación boliviana: Diversidad y unidad
La gestación de la nación boliviana ha sido un proceso complejo, influenciado por la historia republicana y las divisiones políticas y étnicas. Rojas recuerda que en la década de 1990, durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se realizó una encuesta que mostraba un reconocimiento alentador de la diversidad étnica y cultural como un rasgo valioso de la identidad boliviana. Sin embargo, en los últimos años, la retórica del pluralismo ha sido eclipsada por la polarización política y la tendencia hacia el monopolio del poder por parte del partido de gobierno. Esta situación, según Rojas, amenaza con desintegrar la cohesión nacional y socavar la construcción de una nación plural y unida.
Polarización política y el reto de la cohesión social
La polarización política es un fenómeno que ha crecido en Bolivia, exacerbado por los líderes que cosechan apoyo a través de la división. Estudios recientes, como el realizado por la Fundación Friedrich Ebert, muestran que la polarización es percibida como una amenaza significativa para la democracia en Bolivia. Sin embargo, Rojas señala que, aunque la polarización es preocupante, existe una fuerte identidad boliviana que puede servir como base para superar estas divisiones. La clave, según Rojas, radica en fomentar un liderazgo democrático y en fortalecer las instituciones que garantizan la participación de todos los sectores de la sociedad.
Regionalismo y autonomía: Logros y desafíos pendientes
El regionalismo ha sido otro de los desafíos en la consolidación de la nación boliviana. Rojas destaca que, aunque en el pasado hubo tensiones significativas, como las expresadas por el movimiento autonomista en Santa Cruz, estos conflictos han sido procesados a través de reformas como la participación popular y la creación de autonomías departamentales e indígenas. Sin embargo, persisten retos en la implementación de estas autonomías, especialmente en la percepción de que las demandas regionales no son plenamente reconocidas por el gobierno central. Rojas sugiere que este proceso de consolidación debe continuar en el tercer ciclo de la República, con un enfoque en fortalecer la unidad nacional sin ignorar las identidades regionales.
Hacia el futuro: Canalizando la protesta y fomentando el liderazgo democrático
Finalmente, Rojas concluye que Bolivia debe ser capaz de canalizar sus rebeldías y protestas hacia impactos de largo aliento que beneficien al país en su conjunto. El agotamiento de las medidas de protesta tradicionales, como los bloqueos de caminos, es una señal de que se necesita un cambio en la forma de influir en lo público. Rojas aboga por la necesidad de liderazgos democráticos que fomenten el debate y la participación ciudadana, destacando el papel de las universidades en la formación de jóvenes comprometidos con el futuro del país. Para el doctor Rojas, el desafío principal es cerrar el ciclo del masismo, no en contra de la gente, sino en contra de las limitaciones de sus dirigencias, para abrir paso a un futuro más democrático y desarrollado para Bolivia.
A medida que Bolivia se aproxima a su Bicentenario, las reflexiones del doctor Gonzalo Rojas nos invitan a considerar los logros y desafíos que han marcado la historia del país. La construcción de una nación unida, diversa y democrática es una tarea que requiere liderazgo, institucionalidad y la capacidad de superar las divisiones internas. En una futura conversación, Rojas espera abordar los desafíos específicos que enfrenta Bolivia en su camino hacia el desarrollo y la consolidación como una nación moderna y próspera.