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Desafíos y reformas para superar la crisis económica – Luis Carlos Jemio

La economía boliviana atraviesa una crisis profunda, cuyos síntomas ya son palpables en la vida cotidiana de la población.

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La economía boliviana atraviesa una crisis profunda, cuyos síntomas ya son palpables en la vida cotidiana de la población. Luis Carlos Jemio, economista, exministro de Hacienda y consultor internacional, señala que los ciudadanos perciben la escasez de dólares, la volatilidad del tipo de cambio paralelo, la dificultad para conseguir combustible y el encarecimiento de productos básicos. Estos efectos visibles son el reflejo de desequilibrios macroeconómicos acumulados durante una década de déficits fiscales, caída de reservas internacionales y creciente endeudamiento interno.

Un gobierno que termina con tareas urgentes
Según Luis Carlos Jemio, el gobierno saliente enfrenta la responsabilidad de evitar un colapso económico antes del traspaso de mando en noviembre de 2025. Considera fundamental que se estabilice la situación para que el nuevo gobierno no herede una crisis agravada. Señala como positivo el reciente encuentro político en Santa Cruz, donde se percibió voluntad de dar estabilidad al proceso electoral y evitar medidas que profundicen la crisis, especialmente en sectores como hidrocarburos y divisas.

El nuevo gobierno deberá tomar decisiones difíciles desde el inicio
Para Luis Carlos Jemio, el próximo gobierno enfrentará la urgente necesidad de implementar un programa de estabilización económica. Entre las medidas clave destaca la eliminación del financiamiento monetario del Banco Central, que alimenta la inflación, y la reducción del déficit fiscal. Estas decisiones, aunque duras, deben ser asumidas desde el primer día. El desafío será decidir entre un ajuste gradual o un “shock”, pero en cualquier caso, cortar la raíz del problema es inevitable.

El ajuste como herramienta técnica, no como estigma político
Con amplia experiencia internacional, Luis Carlos Jemio reivindica el concepto de ajuste económico como una medida técnica para enfrentar desequilibrios fiscales y externos. Señala que los países en crisis suelen aplicar una combinación de políticas fiscales, cambiarias y monetarias para reducir la demanda interna, incentivar la producción nacional y corregir el déficit externo. En el caso boliviano, por la magnitud de los desequilibrios acumulados, el ajuste deberá ser significativo y no podrá limitarse a simples retoques parciales.

Lecciones de la hiperinflación de los años 80
En su investigación reciente sobre la crisis boliviana de los años 80, Luis Carlos Jemio destaca paralelismos preocupantes con la situación actual. En aquel entonces, el endeudamiento excesivo, el colapso de exportaciones de gas y fenómenos climáticos como El Niño generaron una hiperinflación que alcanzó el 25.000% anual en 1985. Advierte que, aunque hoy existe mayor conciencia y conocimiento técnico para evitar ese extremo, es fundamental actuar con firmeza y no dejar que los problemas se acumulen sin respuesta.

El 21060 y las reformas estructurales: estabilidad y capacidad exportadora
Para Luis Carlos Jemio, el Decreto Supremo 21060 y las reformas de los años 90 no fueron un fracaso, como a menudo se caricaturiza, sino que lograron estabilizar la economía y crear las condiciones para el auge posterior de las exportaciones de gas y soya. Gracias a esas políticas, Bolivia gozó de estabilidad cambiaria y de precios durante más de una década. Rescata especialmente la construcción de infraestructura para exportar gas a Brasil y la consolidación de reservas internacionales como logros fundamentales.

Hacia una nueva transformación productiva
Más allá del ajuste fiscal, Luis Carlos Jemio insiste en que Bolivia debe iniciar una transformación productiva enfocada en el sector exportador. Propone diversificar las exportaciones más allá de los hidrocarburos y la minería, impulsando rubros agroindustriales e industriales, como ya se observa en Santa Cruz. Para ello, es clave un tipo de cambio competitivo y una política de seguridad jurídica que garantice estabilidad a los inversionistas privados.

El Plan Bicentenario: ajuste fiscal y reactivación con el sector privado
Como parte del equipo de investigación de la Fundación Milenio, Luis Carlos Jemio detalla que el Plan Bicentenario plantea primero un ajuste para reducir el déficit fiscal, que en 2024 llegó al 10,2% del PIB. Una de las medidas prioritarias sería reducir el subsidio a los carburantes, que consume unos 700 millones de dólares anuales. Al mismo tiempo, se propone reformar las empresas públicas y focalizar mejor los beneficios sociales. Esta fase permitiría recuperar el equilibrio fiscal y atraer financiamiento externo.

Del Estado al sector privado: el cambio de liderazgo económico
Luis Carlos Jemio remarca que el Estado boliviano ya no tiene capacidad para sostener el crecimiento, el empleo y la inversión, como lo hizo en la bonanza pasada. Por tanto, el liderazgo debe pasar al sector privado, especialmente en áreas orientadas a la exportación. Sólo con un entorno favorable y políticas públicas coherentes se podrá generar empleo, atraer inversión y superar de forma sostenible la crisis que enfrenta el país.

Reflexión final: políticas correctas, oportunidad histórica
En su análisis, Luis Carlos Jemio concluye que Bolivia tiene el potencial humano y natural para salir adelante, pero necesita aplicar políticas públicas correctas, sin populismo ni improvisación. La historia ya ha enseñado que el costo de no actuar puede ser devastador. Hoy, con el conocimiento acumulado y el precedente de reformas exitosas, existe una nueva oportunidad para estabilizar la economía, transformar la producción y construir un futuro más próspero y sostenible.


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