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El caso del Fondo Indígena – Andrés Gómez Vela

El caso del Fondo Indígena volvió a ocupar el centro del debate nacional por la forma en que se ejecutaron los hechos, explica Andrés Gómez Vela

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El caso del Fondo Indígena volvió a ocupar el centro del debate nacional por la forma en que se ejecutaron los hechos, explica Andrés Gómez Vela, quien recuerda que desde 2013 comenzaron a publicarse investigaciones periodísticas que revelaron proyectos inexistentes, pueblos fantasma y simulaciones burdas que evidenciaron mecanismos de corrupción inéditos en el país.

La ruptura de un discurso moral
Para Andrés Gómez Vela, uno de los factores más sensibles fue que dirigentes que se presentaban como la reserva moral de la sociedad terminaron perjudicando a sus propios hermanos indígenas, lo que derrumbó el relato de superioridad ética y demostró que el poder sin control reproduce las mismas prácticas que decía combatir.

El mecanismo institucional del desvío de recursos
Andrés Gómez Vela detalla que el esquema funcionaba mediante proyectos elaborados por dirigentes con apoyo de técnicos afines, sin estudios de viabilidad ni controles rigurosos, aprobados por instancias estatales que no verificaban su factibilidad y que permitieron incluso transferencias directas de recursos públicos a cuentas personales.

La magnitud económica y el factor humano
Según Andrés Gómez Vela, la gravedad del caso también está en el volumen de recursos comprometidos, que alcanzaron cientos de millones de bolivianos, y en la figura de Marco Antonio Aramayo, quien denunció con pruebas el quiebre del Fondo Indígena y fue ignorado por el sistema político pese a advertencias públicas realizadas en instancias oficiales.

De una buena intención a un instrumento político
Andrés Gómez Vela sostiene que el Fondo Indígena nació con un objetivo legítimo de impulsar el desarrollo productivo mediante recursos del IDH, pero fue pervertido al confiar ciegamente en dirigencias sin capacidad técnica y al convertirse en una herramienta para financiar campañas y asegurar lealtades políticas.

Responsabilidad política y concentración de poder
Desde la visión de Andrés Gómez Vela, ministros y dirigentes actuaron conscientemente al servicio de un proyecto de acumulación de poder, renunciando a su obligación de denunciar irregularidades, bajo la creencia de que el control de las instituciones y de la justicia les garantizaría impunidad permanente.

El rol del periodismo frente al encubrimiento
Andrés Gómez Vela recuerda que las denuncias periodísticas se enfrentaron a un muro de protección estatal, con presiones económicas y retiro de publicidad oficial, pero aun así se mantuvo la labor informativa como un deber ético para proteger el dinero público y el derecho de la ciudadanía a conocer la verdad.

Un esquema de corrupción sin precedentes
Para Andrés Gómez Vela, el depósito de recursos públicos en cuentas personales no tiene precedentes en Bolivia y generó un fuerte impacto social, al evidenciar una apropiación directa del dinero estatal mediante transferencias millonarias realizadas en minutos y sin sustento legal.

Impunidad y frustración ciudadana
Andrés Gómez Vela advierte que la ausencia de auditorías completas, investigaciones profundas y sanciones proporcionales dejó en la sociedad una sensación de injusticia, ya que los recursos no fueron recuperados y los responsables no respondieron por el daño ocasionado.

Vigilancia pública como camino a futuro
Andrés Gómez Vela concluye que el mayor desafío no es solo revisar el pasado, sino prevenir nuevos abusos mediante acceso a la información, control ciudadano permanente y un funcionamiento efectivo de la Contraloría, para que los gobernados puedan vigilar a quienes administran los recursos del Estado.


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