El Dr. Richy Anderson contó la lucha en primera línea contra el Covid-19
En un nuevo episodio del espacio digital “De Frente con Oscar Ortiz”, eComentó su experiencia sobre la lucha en primera línea contra el Covid-19, las causas que llevan a un paciente a terapia intensiva y la evaluación de nuestro sistema de salud en esta tercera ola de pandemia.
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Anderson es especialista en medicina crítica y terapia intensiva, y está a cargo del domo que funciona en el Hospital Japonés, en Santa Cruz de la Sierra.
El médico señaló que al inicio de la pandemia “no teníamos idea de cómo tratar esta enfermedad. Siempre tenemos la base de los europeos o norteamericanos, que cuentan con el dinero para hacer investigación, pero esta vez no había de dónde agarrarse”, agregando que esto produjo “una sensación de desesperación”.
Anderson dijo que esta experiencia les enseñó a los profesionales de la salud “a estar más unidos entre colegas, a confiar más”, y que también “ha cambiado la visión de la población respecto a las Unidades de Terapia Intensiva (UTI)”, que en Santa Cruz no llegan a 100 y que en toda Bolivia son sólo 190.
Sobre los primeros cuidados que debe recibir un contagiado de Covid-19, el médico recomendó concentrarse en la medicación sintomática si es un caso leve, con analgésicos y antipiréticos, y no adelantarse en el consumo de antibióticos. También aconsejó el control con un pulsioxímetro, buscando una consulta médica en caso de saturar a menos de 95%.
“Si el caso es moderado se requiere oxígeno suplementario y se pasa a los corticoides. La dexametazona durante 10 días disminuye en un 33% la mortalidad”, indicó.
Ya en los casos de terapia intensiva, dijo que lo fundamental es “seguir los protocolos y los estudios, la medicina basada en evidencia científica”, y que “la pericia del personal de salud, la experiencia y capacitación” harán la diferencia.
“Está demostrado en varios estudios que si la mayoría de los médicos y enfermeras tienen la especialidad en terapia intensiva, la mortalidad va a disminuir. Tenemos pocos especialistas y estamos apoyándonos en colegas de medicina interna y emergenciología”, señaló.
Anderson dijo que es visible la diferencia generacional en los afectados por la tercera ola de la pandemia, donde “un 50% son menores de 50 años y un 80% menores de 60 años”, subrayando además una alta tasa de contagios entre las embarazadas.
“Desde antes de la pandemia la terapia intensiva de nuestro sistema de salud estaba colapsada. Santa Cruz es el departamento que mejor se preparó y al inicio de la primera ola se abrieron muchas camas de UTI en el Hospital Japonés, el San Juan y la Caja Nacional, pero sigue siendo insuficiente”, remarcó.
El médico lamentó que “en nuestro país no se valora a los profesionales especialistas y da lo mismo si se van a Brasil o Argentina. Para formar un especialista en terapia intensiva se necesita un mínimo de 11 a 12 años”.
Anderson concluyó recomendando a la población evitar las fiestas y reuniones, y buscar la vacunación. Al mismo tiempo, pidió a las autoridades “darle la importancia que merece a la salud y no ocuparse en otros temas banales. Tenemos que remar juntos para salir de esta pesadilla que estamos viviendo”.
En el balance, Oscar Ortiz destacó el trabajo del personal de salud de primera línea, “que ha salvado muchas vidas”, y llamó a “seguir cuidándonos, porque pueden venir varias olas más”. También subrayó la necesidad de que los gobiernos inviertan “en la formación de recursos humanos, de especialistas, que en salud son imprescindibles”.