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Por Juan Ramón Rallo1
Los políticos reunidos en el COP26 se marcan como objetivo frenar el cambio climático descarbonizando sus economías. Algunos, particularmente los líderes europeos, incluso se comprometen a alcanzar unas emisiones netas iguales a cero para el año 2050. Sin embargo, todos deberíamos ser muy conscientes de las limitaciones prácticas de este tipo de acuerdos. No en vano, el gran ausente en esta cita ha sido el presidente chino Xi Jinping. El líder comunista ni siquiera piensa dirigirse a sus colegas por videoconferencia, sino que meramente presentará un escrito.
La falta de convicción de China para descarbonizar su economía es singularmente importante porque significaría que el enorme esfuerzo que puedan hacer el resto de países no serviría para nada. En la actualidad, China es –con diferencia– el principal emisor de CO2 del mundo: en 2019, emitió más de 10.000 millones de toneladas de este gas, frente a los 5.280 millones de EE.UU. o los 2.920 millones de la Unión Europea.
Pero lo preocupante no es sólo que China esté emitiendo más que EE.UU. o la Unión Europea conjuntamente: es que mientras EE.UU. y la Unión Europea llevan años disminuyendo sus emisiones (en 2007, EE.UU. emitía 6.130 millones de toneladas y la Unión Europea, 3.270 millones), China no ha dejado de incrementarlas (en 2007, el país asiático emitía 6.860 millones de toneladas). En poco más de una década, pues, China ha incrementado sus emisiones en 3.500 millones de toneladas: más de lo que emitía la Unión Europea en 2007.
Y si esa tendencia persiste, nada de lo que podamos hacer desde Europa o EE.UU. servirá. Es verdad que China se ha comprometido a alcanzar unas emisiones netas iguales a cero para el año 2060, pero de momento no se observa ningún avance en esa dirección. De hecho, recientemente hemos podido comprobar cuáles son las auténticas prioridades del Partido Comunista Chino a ese respecto.
Ante la disyuntiva de seguir experimentando una fuerte ralentización económica como la que han vivido en el tercer trimestre de este año (por culpa del embargo a las importaciones de carbón desde Australia) o combatir el cambio climático, Xi Jinping ha dado orden de potenciar la producción interna de carbón para así volver a generar energía barata.
Es decir, que ante el primer conflicto entre crecimiento y descarbonización, China ha huido de la descarbonización. Y del mismo modo que hablamos de China, podríamos referirnos a la India: desde 2007 sus emisiones se han prácticamente duplicado desde 1.360 millones de toneladas de CO2 a 2.620: y la India ni siquiera se ha comprometido a alcanzar la meta de emisiones cero en 2050 o 2060. Si China y la India no cooperan, ¿de qué servirá que España reduzca sus emisiones anuales de apenas 255 millones de toneladas de CO2?
1es Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. Juan Ramón obtuvo el tercer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.
*Este artículo fue publicado originalmente en elcato.org el 04 de noviembre de 2021.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo