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Por Juan Ramón Rallo1
El Gobierno ha cerrado finalmente un acuerdo con las asociaciones de autónomos por el cual se modifica su actual régimen de cotización, fundamentado sobre el principio de libre elección subjetiva de la base de cotización, para transitar a un nuevo sistema, fundamentado sobre el principio de cotización objetiva según los ingresos reales del autónomo. Aunque gran parte del destrozo tributario se ha evitado para este 2023 –el Gobierno pretendía que las cuotas de algunos autónomos se más que cuadruplicaran y de momento se han menos que duplicado–, lo cierto es que el acuerdo entre presuntos representantes de los autónomos y el Ejecutivo constituye una muy mal noticia para este colectivo profesional. Y lo supone porque a partir de 2023, todos los autónomos se verán privados de una libertad de la que sí disponían hasta el momento: escoger su base de cotización a la Seguridad Social. A partir de 2023, será el Gobierno, y no cada autónomo en particular, quien dictará cuánto ha de cotizar cada trabajador por cuenta propia. Por consiguiente, los autónomos pierden libertades y las pierden, cómo no, para mayor lucro parasitario de la Seguridad Social.
A la postre, hasta el momento la mayoría de autónomos escogía cotizar por la base mínima aun cuando sus ingresos fueran muy superiores a esa base mínima: la razón es que no querían tener financieramente nada que ver con la Seguridad Social (ni a la hora de cotizar ni a la hora de recibir prestaciones) porque preferían autoorganizarse financieramente (lo cual, dada la pésima situación de solvencia a largo plazo de este organismo público, era una decisión muy racional). A partir de ahora, ya no podrán autoorganizarse financieramente y se les obligará a meterse de lleno en el sistema. Quedan, pues, atrapados en un régimen previsional del que querían desvincularse tanto como les resultara posible. Es verdad que ese régimen resultaba bastante injusto para todos los autónomos que ingresaban por debajo de la base mínima, dado que igualmente debían cotizar como si hubiesen logrado esas cuantías monetarias superiores: para ellos, sí puede resultar más beneficioso cotizar de acuerdo con sus ingresos netos.
Pero, dejando de lado que el nuevo régimen tampoco va a permitirles cotizar según sus ingresos netos reales (la cuota mínima queda fijada en 230 euros para 2023), el Gobierno podría haber mejorado las cotizaciones sociales para ese colectivo sin necesidad de empeorar las del resto. Pero claro, el objetivo nunca fue ayudar a los que ingresan menos, sino rapiñar a quienes ingresan más. Y de eso trata el nuevo sistema de cotizaciones sociales para autónomos que ha sido aprobado por este Gobierno con la complicidad de los supuestos representantes de los trabajadores por cuenta propia.
1es Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. Juan Ramón obtuvo el tercer lugar en nuestro primer concurso de ensayos, Voces de Libertad 2008.
*Este artículo fue publicado originalmente en elcato.org el 29 de julio de 2022