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En medio de las masivas protestas de agricultores por las medidas impuestas desde el parlamento europeo y que afectan de manera directa a los productores, se procedió a la votación sobre las nuevas técnicas de genómicas (NTG).
Aunque de nuevo ya tienen poco, en vista que el uso de estas herramientas más modernas de la biotecnología, ya han alcanzado en distintos países, introducir al mercado alimentos con un valor diferenciado. Japón ya cuenta con los tomates con más cantidad de ácido gamma-aminobutírico (GABA) que ayudan a pacientes con presión alta, peces con peso en carne para el consumo humano y se encuentran trabajando en papas, arroz y pollos editados genéticamente para mejorar su contenido nutricional, darles resistencia a plagas o con tolerancia a sequía y esto es una realidad desde el 2019.
Estados Unidos el 2016 ya logró poner en el mercado de consumo el champiñón editado con CRISPR (tijeras genéticas) que retarda su oxidación, por lo que lograba aumentar su tiempo de venta y con ello reducir el desperdicio de alimentos. El 2023, Pairwise obtuvo la aprobación para vegetales que derivan de hojas nutritivas de mostaza y forman parte de la misma familia de vegetales que las coles de Bruselas, el coliflor y la col rizada. En la lista de espera se encuentra una naranja con resistencia a la plaga del enverdecimiento de cítricos (virus HLB), chocolate con resistencia al ataque de un hongo que está amenazando el cultivo a nivel mundial.
China está en la última etapa para lanzar su arroz con un aumento en su rendimiento entre el 25 y 30%. En Canadá la tilapia editada genéticamente, se aprobó junto a un salmón.De estos, solo el salmón tiene aprobación para consumo en Estados Unidos, mientras que en Canadá se consumen ambos.
Brasil en los últimos años tiene aprobados tres cultivos editados genéticamente: soja de mejor digestión, maíz con almidón extra, 4 tipos de levaduras para producir bioetanol. Esta última aprobación es por ejemplo uno de los avances más rentables para producir biocombustibles, en vez de seguir con las ideas de antaño que se quieren aplicar en Bolivia.
En España se desarrolló un trigo sin gluten con CRISPR. Inglaterra logró un trigo que al ser usado en panificación, no produce acrilamida. Una toxina que se forma al tostar el pan. Sin embargo, estos avances no podían ser introducidos comercialmente debido a la regulación europea. Durante los últimos 4 años, se ha invitado a científicos a explicar a los eurodiputados los beneficios de que los investigadores europeos puedan utilizar estas herramientas para responder a una serie de obstáculos que enfrentan los productores de alimentos.
Finalmente, el pasado 7 de febrero, la última votacióntranscurrió en la cámara de euro diputados. Los resultados fueron 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones. La Unión Europea está de acuerdo con la propuesta y establece dos categorías diferentes y dos conjuntos de normas: las plantas obtenidas mediante NTG comparables a los vegetales convencionales o que pueden surgir de forma natural, y las obtenidas mediante NGT con modificaciones más complejas, y que tienen que seguir unos requisitos más estrictos.
El objetivo es hacer que el sistema alimentario sea más sostenible y resiliente mediante el desarrollo de variedades vegetales mejoradas que resistan al clima y a las plagas y ofrezcan un mayor rendimiento o que requieran menos fertilizantes y plaguicidas. Esta última en particular, de mucho interés para sus productores, a los cuales les querían cortar de la noche a la mañana el uso de muchos agroinsumos.
Europa demuestra con esta votación, que tiene capacidad de rectificar sus errores y sobretodo, dar voz y escuchar a sus científicos, por sobre las opiniones llenas de especulaciones de los activistas, que más allá de ofrecer soluciones concretas, solo buscan un modelo utópico y que no responde a las dificultades que atravesamos a nivel mundial para producir alimentos.
