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La preocupación con relación al dólar continúa en el país. Si bien el Banco Central de Bolivia (BCB) mantiene el tipo de cambio fijo en Bs6,86 para la compra y Bs6,96 para la venta, la falta de dólares en el sistema financiero frente a una sobredemanda derivada del temor y la especulación, ha llevado a la divisa por encima de Bs7.- en el mercado libre, ya que, pese a que la Banca y las Casas de Cambio reguladas por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) están autorizadas a vender el dólar en Bs6,97 su escasez hace que el mercado paralelo sea el que provea la divisa a un mayor precio.
En ausencia de acciones contundentes para incrementar la oferta de dólares, la población es víctima de anuncios alarmistas e inescrupulosos por parte de ciertos políticos y formadores de opinión que sólo echan más leña al fuego.
En una anterior columna titulada “¿A dónde se fueron los dólares?” (15.03.2023) expliqué, con números, las razones por las que las Reservas Internacionales Netas (RIN) del BCB bajaron desde poco más de 15.000 millones de dólares en 2014 a cerca de 3.600 millones al 8 de febrero de 2023 (último dato disponible) mencionando, entre ellas, el déficit público y la subvención a los combustibles importados, de lo que se beneficia absolutamente toda la población boliviana.
En una columna posterior, justifiqué la importancia y urgencia de aprobar la “Ley de compra de oro destinado al fortalecimiento de las reservas internacionales” (29.03.2023), a fin de evitar que la gente pase del temor al miedo, del miedo al pánico y del pánico al caos (lo que parecería que algunos estarían pretendiendo).
A tiempo de agradecer a quienes valoraron estos esfuerzos de información a través de la prensa escrita, paso a explicar la conferencia de prensa que ofrecí a 40 medios de comunicación en La Paz (3.04.2023) poniendo varias sugerencias a consideración de la ciudadanía y de las autoridades, buscando el bien mayor, sin mediar mezquinos intereses como estilan algunos políticos que cuando fueron gobernantes lo hicieron mal, pero hoy critican y se oponen a todo.
Lancé 5 propuestas apuntando a preservar la estabilidad -patrimonio nacional y condición indispensable para retomar las altas tasas de crecimiento- y no retroceder lo avanzado en los campos económico y social. Para ello, propuse un “shock financiero”: Subir las RIN del BCB y la oferta de dólares para atender la demanda de los operadores económicos y de la gente de a pie, y superar a corto plazo el delicado momento que vivimos. Para dar sostenibilidad a esta medida, planteé la necesidad de otro shock, un “shock de confianza”.
El shock financiero para bajar las expectativas negativas de la gente, producto de la exacerbación de la caída de las RIN, se podría lograr con 5 medidas para subir las RIN a niveles imposibles de conseguir a cortísimo plazo, de no mediar: 1) La consolidación de créditos externos para traer dólares al país; 2) La aprobación de la llamada “Ley del Oro”, para permitir al BCB que compre oro nacional en Bolivianos, incremente sus reservas y lo exporte para obtener dólares; 3) Convertir el oro monetario del BCB en más de 2.500 millones de dólares, a través de su venta, lo que está permitido por el Art. 16 de la Ley 1670 sin necesidad de aprobación legislativa; 4) Eliminar el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) para las operaciones en divisas; 5) Que el BCB emita Bonos en Dólares a una tasa atractiva (7%, p. ej.) para atraer capital extranjero y para que la población, en vez de hacer cola para retirar dólares, haga fila para depositar sus dólares en los Bancos y ganar intereses, siendo que unos 10.000 millones de dólares estarían en poder de la gente, al margen del sistema financiero.
Para quienes no entienden estas sugerencias, especialmente los que utilizan la metáfora de “vender las joyas de la abuela”, habría que aclarar que si así fuera, la abuela estaría feliz de que sus joyas se vendan para impedir un inminente sufrimiento de su familia. El problema con quienes usan tal lenguaje emocional es que no dicen que si no se hace eso, el país corre el riesgo de pasar por algo similar a la Argentina, con un tipo de cambio oficial bajo -pero de oferta limitada- y un “dólar blue” cuyo precio es el doble en el mercado libre, provocando una inflación anualizada del 100% y un millón de nuevos pobres en 2022. ¿Es que, acaso, es eso lo que se pretende?
Para que el shock financiero propuesto sea sostenible se requerirá un shock de confianza por medio de un gran Pacto Social Productivo que lleve a una buena relación gobierno-empresarios y a una Agenda Público-Privada que consagre la solución estructural del problema: Exportar más bienes y servicios (traer dólares sostenidamente); sustituir competitivamente importaciones (ahorrar dólares); combatir el contrabando (evitar la fuga de dólares) y recuperar el mercado interno (para la producción nacional). De ocurrir así, la abuelita ¡feliz de haber vendido sus joyas en beneficio de sus hijos y nietitos!