Amenaza de «bomba sucia» y oferta de diálogo de Putin tras ocho meses de guerra
Al balance del Estado Mayor de Ucrania sobre la muerte en combate de 68420 soldados rusos se suma la destrucción de más de 2600 tanques y 248 helicópteros del ejército invasor. Ahora el gobierno de Vladímir Putin dice estar dispuesto a conversar con EEUU, Francia y el papa Francisco
Escucha la noticia
Por Oriana Rivas1
Hace ocho meses el mundo presenciaba el inicio de la guerra en Ucrania luego de que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenara «una operación militar» con el objetivo de «desnazificar» a ese país. Y desde entonces, mucha agua ha corrido. Gobiernos occidentales se alinearon a favor del líder ucraniano Volodímir Zelenski, imponiendo sanciones a Moscú y enviando fondos o armamentos a Kiev. Hoy, los resultados están a la vista.
En total han muerto 68420 soldados del ejército ruso, según el más reciente balance del Estado Mayor de Ucrania. Y aunque Rusia guarda silencio —ya que las muertes militares están clasificadas como secreto de Estado— lo que está ocurriendo en las calles ucranianas podría certificar las cifras. La contraofensiva en zonas invadidas, el ataque al puente de Crimea y el hecho de que Putin se haya visto en la necesidad de crear un consejo coordinador para estudiar las necesidades de sus tropas, son algunas señales.
Al día de hoy, todavía resulta imposible determinar quién ganará la guerra en Ucrania. Por el contrario, con el pasar de los días aumentan las tensiones que amenazan con alargar la tragedia. Hasta hace unos días se hablaba de las intenciones de Putin de usar bombas nucleares. Pero en estas últimas horas empieza a sonar el término de «bomba sucia», que no causa una destrucción tan inmediata como un estallido nuclear, pero cuando detona, dispersa elementos radioactivos en el piso y el aire.
Al balance de pérdidas en el ejército ruso se suma la destrucción de más de 2600 tanques, 248 helicópteros, 271 aviones y otros componentes. En consecuencia, no es el mejor momento para Moscú.
¿Voluntad real de conversar?
Un anuncio llamó la atención en las últimas horas. Luego de ocho meses de guerra, el Kremlin dijo estar dispuesto a hablar con Estados Unidos y con el papa Francisco. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, señaló en su rueda de prensa diaria que están «dispuestos a debatir todo esto [la guerra en Ucrania] con los estadounidenses, con los franceses y con el pontífice».
Si es legítima o no esa convicción, está por verse. Y las sospechas residen en el continuo autoritarismo de Putin y su disposición por tomar a la fuerza territorios ucranianos. Por ahora, Moscú parece victimizarse, y es que Zelenski ordenó recientemente la prohibición de negociar con el gobierno ruso. «Vuelvo a repetir: Rusia está abierta a todos los contactos. Pero debemos partir de la base de que Ucrania prohibió la continuación de las negociaciones», dijo Peskov.
La iniciativa vino de Emmanuel Macron, presidente de Francia, ya que este pidió al papa llamar a Vladímir Putin, al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al líder de la iglesia ortodoxa rusa, Cirilo I de Moscú (conocido también como Kirill). Dicho obispo es cercano a Putin y es dueño de una turbia fortuna e inmuebles en la capital rusa, valorados en más de 3,5 millones de dólares, según una investigación del portal Proekt. En un momento hasta llegó a afirmar que «la guerra es correcta porque es contra el ‘lobby’ gay». Así de arbitrarias son las figuras que rodean a Putin.
Amenaza de una bomba sucia
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha tenido que intervenir porque las acusaciones sobre querer usar una bomba sucia vienen tanto de Ucrania como de Rusia. Por eso inspectores revisarán instalaciones nucleares en el país gobernado por Zelenski.
Kiev quiere desmentir a Moscú y dice que Putin solo quiere desviar la atención para ejecutar un ataque con ese tipo de arma. En este sentido, Energoatom, una empresa nuclear ucraniana, aseveró que los rusos llevan adelante proyectos secretos en la central de Zaporiyia, la más grande de Europa. Este es otro tema sobre el cual hay más sospechas que certezas.
El mundo sigue expectante mientras Zelenski hace una afirmación certera. «Hubo influencia de gas [de parte de Rusia], ya no. Hubo influencia militar, se está evaporando. Había peso político, ahora hay un aislamiento cada vez mayor. Había ambiciones ideológicas, ahora solo hay repugnancia».
Por lo pronto, solo en octubre, Moscú ejecutó 51 ataques contra instalaciones eléctricas ucranianas. En total, van 85 en ocho meses de guerra, reportó el fiscal general de Ucrania, Andriy Kostin.