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Anotado está… por la dictadura

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Con interés, he leído, visto y escuchado vastos análisis sobre el liderazgo y las últimas acciones políticas de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia antes, durante y después del 10 de enero, el día D en Venezuela. Todos coinciden en que la líder opositora volvió a demostrar que está dispuesta a todo, inclusive a entregar la vida, para liberar a su país de la dictadura que puede extenderse hasta 2031. En el caso del presidente constitucional, marcan las dubitaciones que tuvo en torno a su esperada aparición en Caracas para asumir el mando, arriesgando la libertad.

También leí, escuché y vi duros ataques discursivos lanzados desde el evismo y arcismo sobre la inasistencia del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales a la posesión de su aliado ideológico y comprobado dictador, en un momento de vida o muerte para la tiranía comandada por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino y los hermanos Rodríguez. Destacan los mensajes publicados por ambos personajes bolivianos en la red social X.

Lo primero en ser anotado es la ambivalencia política de Arce, justificada en un supuesto compromiso con la democracia a nivel continental, ya que felicitó a Donald Trump por su victoria electoral del 5 de noviembre y a Maduro por el ilegítimo e inconstitucional inicio de su tercer mandato, el 10 de enero. Las felicitaciones “a diestra y siniestra” fueron realizadas mediante la cuenta del mandatario en la red de Elon Musk. En @LuchoXBolivia están registrados los posts que evidencian la doble postura, producto del cálculo político-electoral.

“Desde Bolivia hacemos llegar nuestro abrazo y felicitaciones al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien deseamos éxito para el nuevo período de gobierno que hoy asume”, publicó el 10 de enero, a las 13:50. El dictador venezolano había consumado horas antes el robo de las elecciones del 28 de julio de 2024, en un salón de la Asamblea Nacional. No tuvo la valentía de jurar ante el hemiciclo del Parlamento unicameral.

El 6 de noviembre del año pasado, Arce hizo exactamente lo mismo con el nuevo mandamás del imperialismo estadounidense. “Fieles a nuestro firme e inquebrantable compromiso con la democracia, desde el Estado Plurinacional de Bolivia saludamos al pueblo estadounidense por la participación en las elecciones presidenciales que dio como resultado el triunfo de Donald Trump, a quien felicitamos por su victoria”. Las congratulaciones quedaron anotadas en X, como anotado está que no acompañó a Maduro.

“Si Arce Catacora es antiimperialista, ¿por qué no asistió a la asunción de Nicolás Maduro en Venezuela como lo hicieron otros presidentes anticapitalistas? Obedece al operador de EEUU y de la derecha internacional, Tuto Quiroga. Él es la nueva derecha. Sus acuerdos con Camacho y Mesa le hacen integrante de la verdadera ´troika´, el club de los neoliberales bolivianos. No es antiimperialista porque en su gobierno la DEA trabaja clandestinamente y USAID está metida en la Cancillería; felicita a Trump; y la embajada norteamericana lo defiende”, arremetió Morales con un envenenado post, la tarde del 12 de enero.

Dos días antes, publicó que “nuevamente la Revolución Bolivariana derrotó los afanes golpistas de la derecha venezolana e internacional subordinada a los Estados Unidos. Saludamos la vocación democrática y de paz del hermano pueblo venezolano y de su presidente, Nicolás Maduro Moros. Los pueblos del mundo acompañan sus luchas”.

La pregunta, a partir de sus mensajes, es si Morales es verdaderamente antiimperialista ¿por qué tampoco asistió a la investidura del dictador Maduro? Se ha informado que el régimen venezolano envió un avión a Managua para recoger al tirano nicaragüense Daniel Ortega, pese a que su esposa y copresidenta había dicho que no estaría presente en Caracas. El dictador Ortega llegó atrasado a la consumación del megafraude electoral en Venezuela, pero llegó. ¿Olvidó Morales pedir al chavismo un avión para que aterrice, parta y vuelva al aeropuerto de Chimoré?

Quedó anotado, entonces, que Morales decidió no aparecer en Caracas para atestiguar la consolidación de la dictadura de Maduro, quien está cerca de superar a su mentor Hugo Chávez y sus 13 años de régimen dictatorial. Maduro cumple ese número de años en marzo y luego establecerá un récord tiránico en tierras caribeñas.

El 28 de julio de 2021, ocurrió lo contrario. Hubo un exceso de representación presidencial de Bolivia en la posesión de Pedro Castillo en Perú. Arce y Morales aparecieron en la ceremonia de investidura y hasta están retratados en la foto oficial. En cambio, el 10 de enero, ninguno estuvo junto a Maduro, su aliado estratégico en el marco del socialismo del siglo XXI.

Optaron por refugiarse en sus intereses inmediatos. Morales se encuentra autoconfinado en el trópico cochabambino para evitar ser capturado por el caso estupro y Arce está refugiado en el poder, en el gobierno nacional, tratando de no dar pasos en falso que pueden bajarlo más en la preferencia electoral de cara a los comicios generales.

La dictadura de Maduro, Cabello, Padrino y los Rodríguez tiene anotadas las ausencias de Morales y Arce en Caracas. La lealtad política en momentos difíciles, sobre todo entre autoritarios, dice mucho y haberla pasado por alto, a fin de priorizar el refugio territorial y el refugio político-electoral puede ser cobrada por la dictadura chavista en futuras circunstancias complejas para el presidente y el caudillo. Será entonces que quedará confirmado que todo tiene un precio cuando intentan burlarse de los tiranos venezolanos.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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