Armando los dos tercios
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En las tres votaciones parlamentarias recibió votos azules. Azulados con intensos tonos de rebeldía ante la instrucción de votar por el preferido del sector oficialista en el ejercicio del poder. Primero obtuvo 30 votos, luego 11 y finalmente dos. Respaldar al postulante Porfirio Machado fue una manera de dejar sentado que la fuerza monolítica del MAS es cosa de los viejos tiempos.
El apoyo que fue perdiendo Machado en las tres votaciones del pleno de la Asamblea Legislativa fue inversamente proporcional al respaldo que fue acumulando el aspirante Pedro Callisaya, el favorito de una parte de la bancada masista, aunque no pudo alcanzar los dos tercios que establece la Constitución para la elección del Defensor del Pueblo.
Aquí cabe un poco de aritmética para confirmar la ecuación política. Los legisladores masistas que registraron su asistencia a la sexta sesión ordinaria de la Asamblea Legislativa fueron 96 de 164 presentes en sala el jueves 5 de mayo. En la primera votación Callisaya obtuvo 65 votos y en la segunda subió a 82, es decir 17 respaldos más.
El desempeño de Machado fue exactamente al revés. En la primera votación obtuvo 30 votos y 11 en la segunda, contabilizando 19 votos menos, casi la misma proporción de apoyos que Callisaya vio aumentar a su favor. La pregunta lógica en ese momento fue: ¿a dónde fueron a parar dos de los 19 votos de color azul?
En la tercera votación congresal la cosa quedó un poco más clara. Callisaya incrementó su respaldo de 82 a 92 votos, 10 votos más, y Machado se encogió 9 votos, de 11 a 2 respaldos que siguieron ofreciendo resistencia la instrucción política de apoyar al “hermano Callisaya”.
Otros votos oficialistas se mimetizaron en la casilla de los nulos, aunque entre la segunda y tercera votación bajaron de 6 a 3 y la joven postulante Luisa Chipana subió de un voto a 4 en las dos últimas votaciones en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Ahora que el postulante Machado decidió abandonar la carrera por la Defensoría del Pueblo deja más claro que es para facilitar el armado de los dos tercios con todos los votos de la bancada masista, sin dar opción a que voten por otras candidaturas o nulo, y con algunos votos de las fuerzas opositoras.
En el caso de Comunidad Ciudadana, el respaldo a la postulante Evelin Cossío, la segunda más votada, se mantuvo entre los 46 y 47 votos y Creemos no aflojó el rango de entre 15 y 17 votos en blanco. Sumando 47 más 17, las oposiciones pueden seguir impidiendo que el MAS logre encumbrar a su candidato Callisaya.
Pero, como ocurría en el antiguo Parlamento y ha sucedido en la actual Asamblea Legislativa, hubo diputados o senadores opositores terminaron cruzando la vereda y entregaron su voto la mayoría parlamentaria a cambio de favores, disfrazando el transfugio con discursos que nadie cree.
Ah, pero también existe la posibilidad de favorecer al objetivo de la bancada mayoritaria faltando a la reinstalación de la sesión de la Asamblea prevista para este miércoles 18 desde las 14:30, a fin de que los dos tercios se consigan con una cantidad menor de parlamentarios sentados en sus curules.
Las inhabilitaciones en etapas anteriores, la renuncia del tercer postulante más votado en la elección y otros enjuagues parlamentarios han permitido que el MAS tenga posibilidades para armar los dos tercios y elegir a su favorito. Tal vez lo último que le queda a las oposiciones, para salvar su responsabilidad ante el país, sea conseguir que la cuarta votación tenga carácter nominal, es decir que cada parlamentario justifique públicamente su voto.
Pero, también está el escenario de que el MAS no logre conseguir votos en las bancadas opositoras así sea ofreciendo privilegios y otras cosas más, caso en el cual el proceso debería reiniciarse desde la convocatoria designando una autoridad interina que no sea la señora Nadia Cruz que cumplió sobreabundantemente su período como Defensora interina.
Las cartas están sobre la mesa y el juego decisivo está por comenzar.