Asilo, guerra y dictaduras
De las seis nacionalidades que acumulan la mayoría de las solicitudes de asilo en el planeta, tres corresponden a ciudadanos cuyos países están bajo las dictaduras de izquierda de América Latina.
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Por Ángel Arellano1
El más reciente informe de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) da cuenta de que, entre los seis países cuyos ciudadanos acumulan la mayor cantidad de solicitudes de asilo en el planeta, tres están bajo efecto de la guerra (Afganistán, Ucrania y Siria) y tres bajo dictaduras de izquierda (Venezuela, Cuba y Nicaragua).
El asilo es una solicitud que hace una persona que salió de su país por causas extremas vinculadas a la persecución y a la violación de los derechos humanos. El asilo es un derecho regulado por normas internacionales basadas en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Esto pone a Latinoamérica bajo la lupa de la discusión global sobre la crisis de migrantes y refugiados. Y, oh casualidad, los regímenes de fuerza —ahora más consolidados en un vecindario con desafíos importantes al mantenimiento de su democracia— son aquellos que siguen como vacas sagradas para una familia de izquierda que mira a otro lado ante la violación de derechos por sus aliados.
El escandaloso incremento del movimiento migratorio y el salto en el número de solicitudes de asilo político en la región ameritan una discusión seria. En tanto, es de recibo la relevancia mundial que Latinoamérica ha ganado gracias al flaco favor de las izquierdas autoritarias.
La responsabilidad de las desviaciones revolucionarias en América Latina debe ser acuñada a todas las organizaciones que están en su órbita. Porque, desde el acompañamiento o desde la omisión, siguen compartiendo la mesa con los autócratas que expulsan refugiados y asilados de forma vertiginosa.
Los números del asilo
Unos 2,6 millones de nuevas solicitudes de asilo se registraron en el mundo durante el 2022. Venezolanos (264.000), cubanos (194.700) y nicaragüenses (165.800) concentraron el 24 % de las solicitudes. En el caso de los venezolanos y los cubanos, esto es tres veces mayor que las solicitudes de asilo contabilizadas en 2021. El Acnur asegura que es una tendencia en alza. Si bien no todas las personas perseguidas en sus países realizan formalmente el trámite, la cantidad de solicitudes oficiales muestra un panorama alarmante.
¿Qué razones han disparado la demanda de asilo? «Persecución, conflictos, violencia, violaciones a los derechos humanos y eventos que alteraron gravemente el orden público». ¿No es este el repertorio de reclamos de las distintas disidencias a los regímenes de izquierda en Latinoamérica? ¿Cómo ha actuado la familia progresista en la región? De momento, atrincherada en la relativización de la anulación de las libertades en estos países, el achaque a Estados Unidos de todos los males de la humanidad, y la convalidación de las dictaduras en espacios de intercambio regional como el Foro de San Pablo, el Grupo de Puebla, Unasur o cumbres presidenciales que intentan lavar la imagen de estos actores al homologarlos como mandatarios legítimos.
En este contexto, es especialmente simbólica la reaparición de Lula da Silva como principal referente de la izquierda regional. Aprovechando su impronta como primus inter pares entre los jefes de Estado del hemisferio, el presidente brasileño orienta una política exterior que omite críticas al régimen de Nicolás Maduro (la famosa construcción narrativa) y habla de fortalecer la democracia que lidera Daniel Ortega. Aunque algunas voces han sido críticas con este proceder, como la de Gabriel Boric, en su mayoría los partidos y coordinadoras internacionales afines a ese espectro político han enmudecido.
Continente de asilados
Desde el recrudecimiento de la represión contra la disidencia y el descalabro de las condiciones de vida en los países bajo gobiernos autoritarios de izquierda, América ha incrementado sostenidamente su participación como continente emisor de asilados. El siguiente gráfico muestra que el año 2018 marcó un antes y un después en una realidad que va en aumento.
Refugiados por región (2013-2022)
En Latinoamérica no escasean los informes sobre violación de derechos humanos y persecución política. Las pruebas no solo están a la vista y resisten cualquier búsqueda en Internet, sino que han sido denunciadas por organismos de todos los palos y colores. Sin embargo, hay una reticencia sistemática en parte importante de la dirigencia política que prefiere hacer la vista gorda antes de condenar lo evidente.
En su informe, el Acnur es categórico respecto de lo registrado en 2022: «Más de dos de cada cinco nuevas solicitudes de asilo fueron presentadas por personas nacionales de América Latina y el Caribe, principalmente de Cuba, Nicaragua y Venezuela. […] Aunque la mayoría de las personas forzadas a huir desean regresar a casa, esto únicamente debe realizarse en condiciones de seguridad y dignidad en caso de que se alcance la paz duradera».
Esta realidad, que es imposible omitir, debe interpelarnos como ciudadanos de este hemisferio en cuanto a exigir a nuestros representantes y dirigentes una condena férrea de los sistemas represivos que están dañando la vida de tantas personas.
1Doctor en ciencia política, magíster en estudios políticos y periodista. Coordinador de proyectos en la Fundación Konrad Adenauer en Uruguay, y editor de Diálogo Político.
*Este artículo fue publicado en dialogopolítico.org el 20 de junio de 2023