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Sumando otro episodio más a la grotesca novela de la auto prórroga de altos cargos del sistema de justicia y continuando con las réplicas del terremoto de los resultados del 17A y los que se huelen -en alguna medida previsibles, pues solo queda 2 opciones- el soberano asiste asqueado a una nueva cadena de sucesos que al final del día, podrían estar anunciando un inevitable desenlace, aunque en cámara lenta.
Y es que más allá de lo estrictamente jurídico del tema, sería ingenuo no encontrarle su vena política: los auto prorrogados se quedaron más huérfanos -de lo que ya lo estaban- con el resultado del 17A que al menos formalmente le ha sacado la roja al partido en todas sus versiones que les apañó y encubrió desde el ejecutivo y legislativo; lo que les está obligando desesperadamente a explorar mayor encubrimiento en los nuevos actores clasificados al balotaje ofreciendo lo que sabemos, que no deja de ser atractivo para quienes gobernarán en el inmediato futuro, peor con los negros nubarrones por todos conocidos. ¿Lo lograrán?… ¿Quién se prestará o ya se estará prestando a repetir esa asquerosa fórmula?…
Dentro de ese escenario es que se inserta la conminatoria y posterior denuncia del Presidente del Tribunal Supremo muy atento a lo político -lo que no es necesariamente malo, per se- con sabor a conminatoria: renuncian o serán expulsados les ha dicho en sus RRSS, lo que ha desencadenado una serie de reacciones, muchas de ellas oportunistas, otras curiosas y varias desesperadas.
Entre las oportunistas y curiosas, están las del Consejo de la Magistratura, del Agroambiental y hasta del resto de sus colegas Magistrados, que apoyaron inmediatamente la conminatoria y denuncia penal. Lo raro es que incluyéndoles a todos, no deja de llamar la atención que tanto el Presidente como los restantes magistrados -legítimos al haber ganado las elecciones judiciales- recién hayan tomado nota de los truchos cuando asumieron sus funciones hace más de 10 meses atrás; todos han compartido con ellos en actos protocolares y otros profusamente propagandeados por sus marketineros en las RRSS oficiales, han celebrado Salas Plenas conjuntas (TSJ-TCP) y hasta en el caso del TSJ, mantienen en su seno a 2 de los truchos, incluyendo al que indignamente capitaneó el trámite.
Tal pareciera que el Presidente del TSJ al emitir su conminatoria y posterior denuncia ante el MP -convenientemente derivada de taquito a la Asamblea Legislativa por la Fiscalía- ha parafraseado mutatis mutandis aquello de ROOSEVELT: “Serán truchos, pero son nuestros truchos” parece haber dicho al olvidarse de ellos. Es más, recientemente en Cobija en actos académicos, protocolares y desfiles, todos aparecen haciendo empanaditas.
Entre los desesperados obviamente están los de los truchos, principalmente sus CEO´s que como todos vemos, son 2. ¿Qué dirán los otros no? ¿No les quedará otra que seguir metiéndole no más o…? Patéticamente pues lo grotesco ya ha sido superado, inicialmente han pretendido sin el menor éxito -salvo la condena masiva recibida- vincular su indebida permanencia a nada menos que la realización de la 2ª vuelta electoral, como si ellos fueran garantes de la democracia -su chiste se cuenta solo- cayendo en la sinvergüenzura de anunciar que sólo saldrán de sus indebidas pegas por el voto, cuando -un ratito- ellos han impedido sistemáticamente como jueces en su propia causa, que esa votación se realice para su reemplazo y luego, faltaba más, se planteó una acción de defensa en su favor ante sus caseritos de la Sala Constitucional del Beni, que cosméticamente les “denegó la tutela” pero… dejó indemne la distractiva remisión de la nueva denuncia penal a la ALP que está en sus últimos estertores de su deplorable gestión. ¿La resolverán inmediatamente para seguir encubriéndoles por sus “buenos servicios” o la dejarán como presente griego para sus sucesores que empiezan en noviembre? Amanecerá y veremos…
Todos esos acontecimientos dejan varias reflexiones. Por un lado el rol del Presidente del TSJ -político en el buen sentido de la palabra- que no debe ser ajeno a su función aunque muchas veces suene arriesgado al borde de lo estrictamente jurisdiccional; la conveniencia y oportunidad del resto de Magistrados, colgados de ese liderazgo aunque ocultando bajo su alfombra algunas cosillas inocultables -truchos en su seno y sus empanaditas- y la peor de todas, de parte de los auto prorrogados: cuando cruzaste la línea roja que jamás debieras haber superado, sólo queda la desesperación de tratar de mantener impunidad a cualquier costo, pues aún en Bolivia y peor con el nuevo escenario político, tarde o temprano tendrás no más que rendir cuentas de lo mucho que hiciste (se sabe en el foro de sus aventuras) y ese desesperado intento de impunidad aunque sea por algún tiempito más parece explicar en gran parte, su proceso de cambio: De lo grotesco a lo desesperado. Marcelo DUCLOS sentenció: “LA DESESPERACIÓN EN POLÍTICA, NO ES BUENA CONSEJERA”