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Hablar de cortisol en tiempos de crisis en Bolivia y fusionarla en el ámbito laboral sin duda puede manejar muchas hipótesis con poco o nada de interés por parte de los Derechos Humanos, la defensoría del Pueblo, Salud pública, y otras entidades que supuestamente están encargadas de velar por los bolivianos.
Si imagino una reunión con médicos, psicólogos, nutricionistas, neurogastroesterólogos, y otros profesionales ligados al área de la salud tanto física como mental, seguramente podrán estar de acuerdo con una de las hipótesis que se puede manejar del cortisol elevado en los ciudadanos, sea debido a situaciones coyunturales que de alguna u otra manera inciden en nuestro bienestar y según nuestro grado de vulnerabilidad o condición social, afecta a unos más que a otros.
Sin embargo, ¿Qué es el cortisol? El cortisol es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la capa fascicular de la corteza de la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucosa en la sangre, y en palabras de la psiquatra Marian Rojas Estapé (España) el cortisol es una hormona que se activa en momentos de miedo, cuando sentimos que nuestra supervivencia está en juego y pone a nuestro organismo en un estado de alerta.
¿Por qué hablar de cortisol ahora? Porque sin dudas, la incertidumbre que ya no viene de una pandemia (coronavirus) ahora es una situación conflictiva a nivel económico, político, ambiental, e incluso laboral para quienes vivimos en Bolivia, llega a ser un activador de nuestro cortisol cuando: tenés que hacer fila para casi todo, cuando buscás un producto y no hay, cuando querés viajar y de pronto un bloqueo de carretera avisado o de sorpresa, cuando el presupuesto de tu alimentación cambia cada semana, cuando el mercado de tu rubro/negocio está volatil y así, la lista podría seguir, es decir, por más que tengás una buena actitud, las ganas de trabajar, el pensamiento positivo, y otros aspectos que sí podés controlar, en algún momento ¡Zaz! Llega a afectar, te encontró en un momento suceptible de tu día o de tu vida.
¿y la solución? Si el cortisol es nuestro enemigo invisible de nuestra paz mental: nos pondrá en modo alerta (bajo control de emociones, mal humor, incremento del temor a perder algo, fatiga, estrés, enfermedades psicosomáticas, etc.) Según la Dra. Marian, ya citada anteriormente, nos dice que “moverse” (hacer cualquier ejercicio) es la regla de oro más importante para eliminar el cortisol a través del hígado. Así también, generar endorfinas suficientes para sentirnos mejor. Otra alternativa también serán nuestros pensamientos, la Dra. Marian nos dice mantenernos fuertes de mentalidad ayudará a que nuestro cerebro genere las hormonas necesarias para sentir bienestar; meditación, yoga o mantras, podrían ser una buena ayuda para bajar el nivel de cortisol. Y por último, alimentos ricos en magnesio (frutas, nueces, semillas, granos y soja) serán aliados que contribuyan a bajar los niveles altos de la hormona del estrés.
En conclusión, si sentís cambios de humor repentinos, has subido de peso en la parte troncal de tu cuerpo (no en tus brazos ni piernas), cambios en la piel, entre otros, quizá sea un síntoma de cortisol elevado. Es importante acudir a tu médico de cabecera, tomar la atención necesaria a tu salud y evitar que se prolifere afectando a tu bienestar. Si bien como bolivianos estamos atravesando situaciones complicadas, aún podemos hacer algo a nuestro alcance para no decaer y sentirnos bien con nosotros mismos.
