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Estamos finalizando el 2022; surgen demasiadas preguntas, escasean las respuestas y abundan las especulaciones. ¿Comenzó a cerrarse el ciclo del evismo? ¿Por qué detienen injustamente en este momento al gobernador de Santa Cruz LF Camacho? ¿La ruptura en el MAS es irreversible? ¿La oposición política persistirá en la fragmentación suicida? ¿Podrá el régimen de Arce sostener: las subvenciones, el tipo de cambio y la costosísima pegamanía azul? ¿Seguiremos soportando esta administración de Justicia podrida?
Podríamos continuar con innumerables interrogantes. Por ahora, la política y la economía carecen de certezas. La incredulidad y la desconfianza llegaron para instalarse, y lo único que sube es el desengaño en la población. Nos resistimos a seguir el camino de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero estamos haciendo meticulosamente todo para asemejarnos; oficialismo y oposición contribuyen cada uno con diferente responsabilidad, pero con el mismo desatino.
El régimen prepara su anclaje eterno en el poder. El brutal arresto de Camacho no es casual, se encuadra dentro de la disputa por el liderato del proceso de cambio en las filas del MAS. Otra vez se busca un trofeo político: la cabeza de un dirigente opositor, para ofrendarla a las bases del bloque nacional popular y saciar la sed de venganza. Arce busca con esta acción, satisfacer los reclamos airados de núcleos radicales. Mata dos pájaros de un tiro: lincha a un “golpista derechista” mediante el servil aparato judicial oficialista, afianzando su perfil político en sus movimientos sociales; y le arrebata una valiosa bandera al caudillo cocalero del Chapare, debilitando su precario discurso.
El presidente deja de ser delfín evista para constituirse en el adalid de la revancha histórica, continúa el ajuste de cuentas con el gobierno transitorio de Jeanine Añez. Hoy le toca al Gobernador de Santa Cruz, mañana habrá otra detención arbitraria, el poder requiere siempre de victimas para distraer y ser temido. Detienen a Camacho aprovechando el agotamiento civil luego del heroico paro de treinta y seis días. El régimen necesitaba recuperar el respeto de sus seguidores mediante un golpe de autoritarismo. En los parámetros de su espacio político, no importa la arbitrariedad, lo importante es el resultado: castigar a los que enfrentan al poder y pretenden construir liderato democrático.
Al masismo solo le interesa el poder puro y duro. No les importa la racionalidad de la economía nacional y su proyección. Saben que únicamente desde el gobierno podrán mantener en pie su ampulosa militancia de prebenda y conservar la lealtad de sus electores. Los unifica la utilización abusiva de la administración pública, se alimentan y dependen de ella. El día que no tengan posibilidades de continuar con el populismo económico, perderán la simpatía de sus bases. Lastimosamente ello acontecerá el momento que el país quede desbastado, cuando hayan saqueado todos los recursos del Estado, las propiedades productivas y los ahorros familiares sean secuestrados y esquilmados.
El reciente pronunciamiento de los expresidentes y autoridades electas de oposición, es una acción oportuna pero no suficiente, abre la esperanza de construir una alternativa política unificada para recuperar el Estado de Derecho y luchar para evitar el descalabro del país. Hay que exigir sanciones internacionales al creciente autoritarismo del régimen y sus operadores, por las reiteradas violaciones a los derechos humanos y la continua restricción a la prensa.
Ya no hay dudas, el régimen de Arce decidió encaminarse por la vía dictatorial, empleará todo el poder a su alcance para deshacerse de sus potenciales rivales políticos, tanto en el campo opositor como los que pretendan interrumpir su postulación presidencial en las filas del masismo. El gobierno optó por abandonar los marcos y límites de la democracia. Como muy bien nos señaló el libertador Bolívar: “cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”.