Cancelando mentes
Gabriela Calderón de Burgos reseña el libro The canceling of the American Mind de Greg Lukianoff y Rikki Schlott, donde los autores retratan la cultura de cancelación que amenaza la libertad de expresión en Estados Unidos.
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Por Gabriela Calderón de Burgos1
Greg Lukianoff, presidente de la Foundation for Individual Rights and Expression (FIRE), con su colega Rikki Schlott explican en su libro, The Canceling of the American Mind (2023), el fenómeno que aflige a la sociedad estadounidense desde hace casi una década: la cultura de cancelación.
Según los autores esta cultura consiste en la práctica de pretender ganar argumentos esencialmente evitando tener una discusión con quienes piensan distinto, conforme se usan tácticas que van desde los castigos en el lugar de trabajo, la desaparición de quienes piensan distinto en plataformas públicas, el ataque organizado contra una persona, hasta la difamación del sujeto de la cancelación y amenazas contra quienes osen defenderlo.
Los autores empiezan demostrando por qué este fenómeno es real y no una paranoia. Por ejemplo, entre 2014 y 2023 FIRE ha registrado más 1.000 intentos de despedir, sancionar o silenciar de alguna u otra forma a profesores. Cerca de dos tercios de estos intentos fueron exitosos, resultando en consecuencias que van desde investigaciones hasta despidos. Pero incluso los intentos que no lograron su cometido importan, porque tienen un efecto silenciador sobre el resto de la facultad. A modo de comparación, solo cinco profesores fueron expulsados de su universidad por algo que dijeron en la era posterior al 11 de septiembre en 2001, mientras que en la era de la Cultura de la Cancelación desde 2014 hasta el presente, más de 200 profesores han sido despedidos. Esto excede los aproximadamente 100 a 150 profesores que fueron despedidos durante el McCarthyismo (1947-1957).
Los capítulos 6 y 8 son de relevancia particular para los ecuatorianos dado que las técnicas para evadir una discusión son las mismas que permitieron que durante el gobierno autoritario del correísmo se coartara de manera tan eficaz la libertad de expresión. Los autores describen “las murallas retóricas perfectas” y las “eficaces” que se utilizan para descalificar a quienes osan esgrimir una opinión diferente. Se los suele descalificar por su orientación política, su raza, su sexo, su orientación sexual, sus asociaciones cuestionables, etc.
Todo esto me recuerda al asesinato de reputación que Carlos Alberto Montaner decía que había intentado contra su persona el régimen cubano. Citando al abogado cubano Juan Antonio Blanco, ex miembro y funcionario del Partido Comunista Cubano:
“El asesinato de reputación es un proceso deliberado y sostenido dirigido a destruir la credibilidad y reputación de una persona, institución, grupo social o nación.
Los promotores del asesinato de reputaciones para lograr sus fines emplean una combinación de métodos abiertos y encubiertos como son la formulación de acusaciones falsas, el fomento de rumores y la manipulación de informaciones.
El asesinato de reputación persigue la finalidad de anular la capacidad de influencia de la víctima, silenciar su voz y lograr su rechazo por la sociedad”.[1]
El libro concluye afirmando que más importa una cultura a favor de la libertad de expresión que la legislación a favor de esta. Los gobiernos y las leyes cambian con frecuencia e incluso sin que cambien para mal, una cultura de cancelación puede efectivamente silenciar a muchos desde las instituciones de la sociedad civil.
1es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
*Este artículo fue publicado en elcato.org el 01 de diciembre de 2023