OpiniónPolítica

Cuando el candidato pierde la sonrisa

Renzo Abruzzese

Sociólogo

Escucha la noticia

El debate vicepresidencial entre Juan Pablo Velasco de la Alianza Libre y Edman Lara candidato de la Democracia Cristiana, exigía de sus participantes una dosis propositiva capaz de mostrar los contrastes entre ambos, esto, empero, no fue posible porque Lara optó por la confrontación mostrando una clara debilidad argumentativa frente al candidato de Alianza Libre. Su performance no solo mermó las posibilidades de debate serio y fructífero, sino, desnudó una personalidad intolerante y autoritaria, de alguna manera, su fracaso en la tribuna se convirtió en una radiografía de la crisis final de las poses populistas claramente reflejado en un discurso centrado en el polisémico concepto de “pueblo”. Una estrategia por cierto fracasada en todos los países en que el experimento populista tomó el poder en décadas pasadas.

El primer error estratégico de Lara fue pretender desplegar un discurso basado en la confrontación vacía. Cuando el objetivo primario es anular al adversario en lugar de proponer un horizonte de soluciones, lo que se niega es la propia viabilidad de la propuesta porque evoca las formas autoritarias y unilaterales de las dictaduras latinoamericanas del pasado. Tomar nota de esta intención es crucial, porque la audiencia capta rápidamente la ausencia de sustancia y una burda sustitución por la violencia verbal. El votante, aunque pueda disfrutar del golpe bajo, propio de la morbosidad política, espera que los llamados a dirigir una nación en un momento de cambio como el que vivimos, ofrezcan algo más que gestos airados, poses autoritarias y un comportamiento poco apropiado para un político moderno.

Cuando la propuesta es sustituida por la agresión o la irracionalidad del lenguaje violento, es clara seña de la pequeñez política del protagonista. Esto quedó claro en el debate; Lara no dio la talla que requiere la segunda magistratura del país, Juan Pablo Velasco mostró en cambio el aplomo que supone asumir un cargo de ese nivel en un momento como el actual.

La estridencia del discurso del candidato del PDC quedó anclada en frases repetitivas, acusaciones, y demandas propias de una guerra sucia que, finalmente, terminó mostrando al verdadero Lara: un político aprendiz sumido en el odio y la intolerancia.

El riesgo que implica esta figura es que los violentos se consoliden como actores de la política postevista. Semejante posibilidad no solo seria prolongar lo que vivimos 20 años con el régimen masista (la quintaesencia de la mediocridad y la corrupción) sino que perderíamos la mejor oportunidad de construir una democracia cualitativamente superior, y terminaríamos prolongando este vacío de valores y principios que debieran regir la democracia nacional frente a los desafíos del siglo XXI.

La violencia verbal “larista” y la apelación a las percepciones más sentidas y básicas del pueblo, (propias del populismo y el fascismo) se transforma inevitablemente en una derrota. Se derrota la posibilidad de que el debate público eleve la calidad de la democracia y de que las expectativas ciudadanas encuentren un actor a la altura de estos tiempos.

gráficamente creo que hemos presenciado una transfiguración digna de estudio: La sonrisa inicial, esa mueca de suficiencia que Edman Lara intentó instalar durante el primer bloque del debate, se desvaneció por completo en el subsiguiente. Todo indica que el candidato comprendió el alcance de su descalabro. Su rostro se transformó en una evidente mueca de impotencia y frustración. Esa mueca final fue el sello definitivo de su ineptitud para el cargo que postula, un símbolo que encapsula la derrota de un candidato que, de llegar al poder, solo mostrará las garras de un autoritario mas, al mejor estilo de la izquierda fracasada latinoamericana.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


Cuentanos si te gustó la nota

0% LikesVS
100% Dislikes

Renzo Abruzzese

Sociólogo

Publicaciones relacionadas