OpiniónEconomía

Decálogo de urgencia para el desastre generado en el sector energético boliviano

Alvaro Rios

Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin América

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El Movimiento Al Socialismo, en sus dos décadas de gobierno, ha sumido al país en el peor desastre energético de su vida republicana. Se farrearon 13 Trillones de Pies Cúbicos (TPC) de reservas de gas y despilfarraron 67.000 millones de dólares de exportaciones de hidrocarburos. Dejan a Bolivia con 1.3 TPC y producción declinante de hidrocarburos. Lo que es más doloroso aún, es que dejan al país endeudado hasta el cuello, sin reservas internacionales de divisas para comprar energía y desabastecido, con inflación y una crisis alimentaria a la vuelta de la esquina.

Se puede vivir sin amor, pero no sin energía, dice el adagio.

Ahora toca rescatar a Bolivia de los escombros y no será nada fácil para cualquier gobierno, sea de derecha, izquierda, centro, de arriba o abajo. El país está en ruinas y la solución de recuperar la economía pasa primero por el tema energético.

A continuación, un decálogo sobre lo que debería hacer la próxima gestión de gobierno en materia energética, de manera urgente, para no gestar, desabastecimiento, combustión social y una diáspora de bolivianos, similar a la cubana o venezolana, que viven desabastecidos de todo y principalmente energía.

1) Conseguir divisas frescas, prestadas o donadas, negociar diferimiento de pagos de la deuda internacional, vender el poco oro que queda y cualquier otra medida para conseguir platita y resolver lo que yo denomino la trilogía energética: i) Abastecer con normalidad el mercado interno importando combustibles (GLP, gasolina, diésel y jet fuel) por al menos 12 meses; ii) Estabilizar y mecanizar un tipo de cambio fluctuante de la moneda y iii) Iniciar el levantamiento de subsidios a todos los energéticos con compensaciones directas a los más necesitados y servicios públicos como transporte, con una estrategia y mecanismos muy claros, de fácil aplicación y transparencia. Lo uno no funciona sin lo otro.

2) Diseñar y abrir importaciones irrestrictas para que el sector privado importe y comercialice todos los combustibles (Diesel, gasolina, GLP, jet fuel e incluso gas natural) y en armonía con el levantamiento de subsidios del punto 1. Los trámites y permisos no deben durar más de cinco días y los surtidores deben poder expender libremente. Para esto es importante liberar almacenaje (open access) y establecer tarifas transitorias de almacenamiento en tanques de YPFB para todos los combustibles: diésel, gasolina y GLP principalmente.

3) Invitar a proveedores internacionales de combustibles (diésel, gasolina, GLP y jet fuel) para dejar de depender de los proveedores tradicionales que ha manejado el masismo como ser Vitol y Trafigura y lograr precios competitivos y no amañados de una vez por todas. Con competencia se pueden bajar los precios para las importaciones a cargo de YPFB.

4) Tomar control de varios puestos claves en YPFB para lograr una gestión de compra y abastecimiento normal y transparente (que la población espera) a la par de dejar a un lado Botrading que solo intermedia y no sirve para nada. YPFB Refinación u otra empresa de YPFB puede comprar y lograr abastecimiento sin necesidad de un intermediario innecesario poco transparente y dudoso.

5) Frenar y reevaluar todos los proyectos de E&P de YPFB (Tomachi, Mayaya, Surubí, Mamoré y otros) y otros proyectos de inversión de YPFB que presuntamente podrían tener sobreprecios y cuyos escasos recursos deben destinarse inicialmente al abastecimiento de combustibles al mercado interno. De ser posible frenar la contratación de la certificación de reservas en curso que la consideramos amañada y poco transparente, y sacar una nueva inmediatamente que permita conocer la situación real de reservas y capacidad de producción futura de hidrocarburos.

6) Establecer negociaciones inmediatas con Petrobras para estabilizar la demanda de gas contratada en lo relacionado y no perjudicar la producción de líquidos y la comercialización de gas excedente a mayores precios con otros agentes en los mercados de Brasil y Argentina como ha estado ocurriendo en los últimos meses.

7) Cumplir las obligaciones pendientes de pago con todas las empresas contratistas y operadoras en Bolivia para continuidad de operaciones y producción de hidrocarburos y resolver la situación con Shell generada por el incumplimiento de contratos.

8) Promulgar la Ley de Incentivos (Ley puente) que ya se encuentra para tratamiento en el pleno de la Cámara de Diputados para que los operadores que están en Bolivia puedan adecuar sus contratos y puedan detonar ciertas inversiones dentro de sus áreas de contrato actuales y lograr nueva producción de hidrocarburos en los próximos 2 a 4 años. Empresas nuevas no van a venir a invertir y tendrá que ser con una nueva Ley de Hidrocarburos y con ajustes fuertes en los impuestos y probablemente un cambio a la CPE, que tomará más tiempo.

9) Inmediatamente iniciar negociaciones con los agentes de transporte en los dos países vecinos de Argentina y Brasil de manera de hacer competitivo el gas en tránsito. Es posible lograr mejoras en las tarifas en los tres países y reducción o eliminación de impuestos con lo cual se puede lograr incrementar gas en tránsito y el posible abastecimiento de Bolivia a partir del 2028. Esto es de suma importancia sino queremos quedarnos sin gas natural para el país.

10) Parar la operación de las plantas de biodiesel hasta ver su factibilidad económica y en acuerdos con los productores de soya y de aceite de soya. El freno a las exportaciones de aceite de soya para reducir importaciones de diésel por producción de biodiesel en plantas políticas debe ser motivo de análisis económico.

11) Gestar ingreso de los productores de etanol al mercado de competencia con la gasolina importada. Les favorece el export parity y ello debería incentivar a que vendan en el mercado interno hasta una mezcla del 12%. No más de ese porcentaje el parque automotor no los permite.

12) Revisar las condiciones operativas de la planta de urea que es para mi una bomba de tiempo y analizar la factibilidad de continuar con su operación, muy especialmente para ver si se logran cubrir costos de operación con un gas no subsidiado. Pedido especial trabajar con la justicia para liberar a los presos políticos de la planta de urea que muy injustamente están en esa condición.

13) Prestar atención inmediata a los contratos y servicios de mantenimiento de las plantas termoeléctricas que sabemos están con problemas. No vaya a ser que les explote un desabastecimiento eléctrico.


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Alvaro Rios

Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin América

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