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Mientras en Bolivia se emplea la minga ambiental como una de las principales medidas para eliminar criaderos de mosquitos, en Brasil, Panamá, India y el estado de Florida adoptaron el uso de un mosquito vacunado para hacer frente al dengue.
Cada año, hasta 400 millones de personas se infectan con el dengue alrededor del mundo. Aproximadamente 100 millones de personas se enferman por la infección y cuarenta mil mueren por dengue grave. Si mal no recuerdo, un investigador me comentó que 1 de cada 8 brasileros, se contagia con dengue al menos 1 vez en su vida y es muy frecuente escuchar que alguien perdió algún familiar o amistad por esta infección.
El dengue es un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, especie de mosquito que además no es nativo de nuestro continente. Por lo que resulta más práctico utilizar la biotecnología para reducir la población y por lo mismo las infecciones. Si esta especie fuera eliminada del continente, no resultaría en una catástrofe a la diversidad y al contrario, sería un gran aporte a la salud pública.
Esta especie de mosquito, además de ser transmisor del dengue, también transmite el zika y chikungunya. Recordemos que las bajas temperaturas o la altura de nuestra topografía, no son barreras para esta especie, cuya presencia es bastante cercana incluso a ciudades como La Paz.
Contemplando esta problemática, Oxitec desarrolló un mosquito genéticamente modificado (GM) para detener la transmisión del dengue. Algo así, como generar mosquitos “vacunados”. Oxitec es una empresa británica que ha desarrollado esta alternativa.
Esta tecnología patentada se conoce como RIDL (Liberación de Insectos que Portan un Sistema Genético Letal). Esta técnica se aplica a todo tipo de plagas, desde los mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue y el zika, hasta las orugas de la polilla que destruyen el maíz. Los mosquitos A. aegypti machos de Oxitec no pican y portan un gen autolimitante que impide que las crías hembras sobrevivan, permitiendo así la disminución de la población de mosquitos sin la necesidad de usar plaguicidas.
El 2019, Oxitec concluyó la primera prueba de campo en Brasil, en colaboración con las autoridades municipales de control de vectores de la ciudad de Indaiatuba. El proyecto piloto demostró la eficacia de la nueva cepa para suprimir las poblaciones de A. aegypti en cuatro comunidades urbanas densamente pobladas de la ciudad en relación con un sitio no tratado. La liberación de mosquitos macho se llevó a cabo en estas comunidades bajo la aprobación emitida por la autoridad nacional de bioseguridad de Brasil, CTNBio.
Los machos modificados se aparean con hembras salvajes, pero el gen autolimitante evita que sobreviva la progenie femenina. Las hembras mueren antes de madurar y comenzar a morder. La descendencia masculina sobrevive, portando una copia del gen autolimitante que luego pueden transmitir. En un nuevo estudio publicado en octubre del 2022, los científicos de la compañía demostraron que sus insectos diseñados pudieron reducir la población local del mosquito transmisor hasta en un 96% durante 11 meses en los vecindarios donde fueron liberados.
Uno de los principales obstáculos es que las cajas con machos GM, requieren ser expuestas periódicamente. Paradójicamente, estas liberaciones han tenido más oponentes en California y Florida, donde han aparecido escépticos que ignoran todo el proceso de bioseguridad que ya atravesaron para ser liberados.
Debo suponer, que algo así sucedería en Bolivia, donde aún existen hasta biólogos que no logran comprender el beneficio de usar la biotecnología. Peor aún, la política en esta área sigue estancada y tampoco aporta al desarrollo de herramientas propias. Los futuros biotecnólogos del país, aún tendrán que mirar a fugarse del país o improvisar un sustento acá donde hacer ciencia es un desafío permanente.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo