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Una buena noticia para un país golpeado por la convulsión social derivada de la política confrontacional, como ocurre en Bolivia, es un bálsamo en medio del desierto. Ahora, si son dos las buenas noticias, mejor. Y si ello afectará positivamente a una de las regiones más empobrecidas del país -como Potosí- ni qué decir. La prensa acaba de informar de un hallazgo en el Departamento de Potosí, de lo que podría ser el mayor yacimiento de plata en el mundo, a lo que se suma el anuncio gubernamental del “inicio de la industrialización del litio” en la misma región, gracias a un acuerdo logrado con un consorcio chino, al efecto.
Con relación a la primera noticia, la empresa canadiense New Pacific Metal Corp, que opera en Bolivia a través de la subsidiaria Minera Alcira, informó sobre el hallazgo de la mina Silver Sand, que podría catalogarse entre las más grandes del mundo (“Gobierno ve resultados “alentadores” en Silver Sand y espera que explotación de la mina de plata se inicie en 2025”, EL DEBER, 20.01.2023). Como no podía ser de otra manera, el anuncio causó regocijo en las autoridades potosinas, por las regalías mineras.
Potosí tiene una larga tradición minero-exportadora desde la Colonia, gracias a la explotación de oro y plata del Cerro Rico, cuya figura, por su importancia, hace parte del Escudo de Bolivia. Se dice que con el mineral extraído de los socavones potosinos se podía haber construido un “puente entre América y Europa” y ahora se escucha decir que con el yacimiento recién descubierto se podría construir una “ciudad de plata”.
Una buena noticia para el país, sin duda, gracias a la pericia de la inversión extranjera, así como por las divisas que ingresarán a futuro y los inesperados recursos para Potosí, uno de los Departamentos más postergados del país, cuyo histórico éxito deslumbró al mundo pero no significó la mejora de la calidad de vida de su población debido a la economía de enclave minero que caracterizó su explotación, sin mayor efecto multiplicador para la economía regional.
Es de esperar que la dolorosa historia del extractivismo y rentismo, con fugaces éxitos y largas postergaciones, no se repita, para lo cual se deberá invertir bien las futuras regalías en infraestructura, educación y capacitación, a fin de que Potosí pueda seguir desarrollándose sostenidamente, sin tener que depender de los recursos no renovables sujetos a ciclos de subas y bajas.
El mejor consejo para los potosinos sería “sembrar bien sus regalías”, como hizo Santa Cruz en su momento con las regalías petroleras, creando condiciones para un desarrollo sostenible, lo que le permitió llegar a convertirse en el bastión económico del país, confirmando el éxito de su modelo de desarrollo basado en la transformación de sus recursos naturales renovables. Para respaldar lo dicho, veamos algunos datos.
La mina de plata Silver Sand tendría una vida útil de 14 años durante los cuales producirá casi 171 millones de onzas de metal de plata (“New Pacific: Silver Sand puede ser una de las minas de plata más grandes del mundo”, La Razón, 18.01.2023). La cotización de la plata está en unos 24 dólares la onza, pero, no hay que olvidar que es un recurso no renovable…
Frente a ello, hay que recordar que en 2022, solo en soya y derivados, Santa Cruz exportó más de 2.000 millones de dólares, una producción renovable cuyas ventas al extranjero durante los últimos 14 años superaron los 13.000 millones de dólares en beneficio del país: Una gran expresión del espléndido aporte de la actividad agropecuaria, forestal-maderera y agroindustrial cruceña, con un alto impacto económico y generación de empleo.
Igual razonamiento se podría hacer para el caso de la segunda buena noticia, que tiene que ver con que Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó un convenio con la empresa china Create Better Community (CBC) para industrializar otro recurso no renovable -el litio- para, con una inversión de 1.083 millones de dólares, implementar complejos industriales en los salares de Potosí y Oruro, utilizando tecnología EDL (Extracción Directa de Litio).
“La empresa CBC, conformada por las empresas CATL, BRUNP y CMOC, es una de las firmas más grandes en la fabricación del litio y tiene en su cartera de clientes a las empresas automotrices más grandes del mundo. YLB controlará las cuatro fases del desarrollo tecnológico del proceso: Construcción de los Complejos Industriales, Servicio de Operación y Mantenimiento, Venta de Producto Terminado e Industrialización de Carbonato de Litio” (“Presidente Luis Arce Catacora: “Hoy Bolivia ingresa a la era de la industrialización del litio”, Viceministerio de Comunicación, 20.01.2023). Dada su creciente utilidad, el precio del “oro blanco” se disparó en el mercado mundial, desde menos de 5.000 dólares/Tn en 2012 hasta más de 78.000 dólares/Tn en 2022.
Buenas noticias para los potosinos y para Bolivia, tomando en cuenta que lo que más necesitamos hoy es, exportar más, para desarrollarnos. ¡Dios quiera que la política lo permita!