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Con el sello editorial de El País hoy lunes 24, a horas 18:30 PM. en el Comité pro Santa Cruz, presentaremos el libro: El cabildo popular. Esta figura no solo forma parte de la tradición jurídica y política cruceña, sino también se ha consolidado como un medio de poder popular que ha permitido a Santa Cruz imponer sus demandas de autogobierno y transformarse, de haber sido una institución colonial a fortalecer la democracia directa y la identidad regional. Se trata de un mecanismo popular que permite al pueblo, mediante reuniones públicas, plantear y pronunciarse directamente sobre demandas y reivindicaciones de interés general.
El cabildo se ha convertido en un auténtico ejercicio ciudadano, que está reconocido no solo en la Constitución boliviana y la ley del régimen electoral, sino igualmente en el sistema interamericano. La Constitución consagra que la soberanía reside en el pueblo y reconoce el gobierno democrático, representativo y popular. Entre estas figuras está el cabildo, el referendo, la iniciativa legislativa ciudadana, la revocatoria de mandato, la asamblea, la consulta previa.
La investigación quiere dejar establecido que, una buena parte de la historia cruceña, no solo que se la omite e ignora deliberadamente en la narrativa oficial y el poder político central, sino fundamentalmente se la distorsiona y pervierte con fines políticos. En Santa Cruz floreció, por ejemplo, la “revolución del patujú”, y siempre tuvo en alto la unidad e integridad del país, aunque el centralismo andino intentó mostrarlo sistemáticamente como secesionista o separatista.
La distorsión y perversión de la historia cruceña no es nueva. En realidad, desde el histórico Memorándum de 1904 que pedía ferrocarril, no para beneficio del oriente sino de toda la república de Bolivia, el centralismo ha logrado introducir en el imaginario colectivo que los cruceños somos separatistas, conspiradores, golpistas, jerarcas, terratenientes, vendepatrias, etc. El centralismo siempre ha rechazado y ha buscado, por diferentes medios, descalificar el poder de convocatoria que ha tenido y tiene el Comité Pro-Santa Cruz y la institucionalidad cruceña.
La publicación pone de manifiesto que los cabildos cruceños han sido actos multitudinarios, espontáneos, voluntarios y cargados de simbolismos y reivindicaciones regionales. También han tenido como epicentro la defensa de los principios democráticos, el voto ciudadano, el medio ambiente, la defensa de la tierra, la lucha contra la corrupción, los perversos incendios, etc. El mayor acto de rebeldía ciudadana se inició en Santa Cruz en octubre de 2019, duró 21 días y terminó con el gobierno de Evo Morales que buscaba eternizarse en el poder haciendo fraude electoral.
Los gobiernos del Movimiento Al Socialismo (Evo Morales y Luis Arce Catacora, 2006-2025) han querido deslegitimizar a la institución del cabildo, alegando que, por mandato constitucional sólo tiene carácter “deliberativo” y no es vinculante. Es cierto que el cabildo no es vinculante; pero sería un gravísimo error político que el gobierno central pretenda desconocer un ejercicio fundamentalmente democrático y que constituye la mayor expresión popular. Sin embargo, en un ligero repaso a los cabildos se puede concluir que la mayoría de sus determinaciones han sido no solo tomadas en cuenta sino también cumplidas y convertidas en políticas de Estado como, por ejemplo, el régimen autonómico consagrado en la Constitución.
Y como se trata de un mecanismo constitucional deliberativo ¿qué pasaría si el gobierno nacional decidiese ignorar las determinaciones de los cabildos? No sería la primera vez que el gobierno central se salta la Constitución, los convenios y pactos internacionales y la voluntad popular. Evo Morales desconoció el referendo del 16 de febrero de 2016, que él mismo promovió, porque no le favoreció y era jurídicamente vinculante. Los cabildos, realizados en Santa Cruz, pueden ser cuestionados, pero no pueden ser ignorados ni distorsionados.
Los cabildos han permitido canalizar demandas legítimas como las regalías, los servicios básicos, el desarrollo cruceño, el censo de población y vivienda, la liberación de los presos políticos, la reforma judicial, la seguridad jurídica, la protección de la propiedad privada, la defensa de la identidad cruceña, entre otras. La ciudadanía siempre encontrará diferentes medios y mecanismos para reclamar sus derechos, y las libertades ciudadanas. Tampoco hay que abusar de esta institución ni exigirle más de lo que puede ofrecer y conseguir.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo