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A la vista de los últimos acontecimientos de dominio público, me refiero al paro cívico cruceño reclamando Censo nacional de población y vivienda para el 2023 (apoyado por otros departamentos aunque con menor intensidad) y, especialmente, la torpe reacción de parte del gobierno del Presidente Arce y sus adeptos; probablemente gran parte de la ciudadanía se haya y siga preguntándose: ¿Qué siempre tendrá oculto el Presidente Arce en su ropero?
Y es qué de otra manera, no se entiende racionalmente cómo es que se ha dejado y causado (por acción y omisión) este tremendo desmadre a lo largo de varias semanas, incluyendo -sensiblemente- muertos, perjuicios económicos, uso desproporcionado de la fuerza policial vergonzosamente prostituida como fuerza de choque partidaria, arreados, khaleaduras y hasta posiblemente delitos de lesa humanidad, por algo que debiera ser tan pero tan rutinario para la función gubernamental como es tomarnos cada cierto lapso -10 años- una fotito para ver cómo estamos, cómo nos organizamos y continuamos.
De hecho, si el aparato gubernamental funcionaría bien no más, ni necesitaríamos de ese gigantesco esfuerzo y gasto como es el Censo; sino sus organismos (Ministerios, etc) debieran producir rutinariamente en tiempo real esa información y asunto arreglado. O, ya que no existe esa capacidad, el censo debiera realizarse sin necesidad de paros, estrategias envolventes y otros desmadres, propios del estado y sociedad boliviana.
El estudio denominado “EL PADRÓN ELECTORAL BIOMÉTRICO BOLIVIANO: RESULTADOS DE UNA INVESTIGACIÓN”, preparado por el Doctor en Derecho y destacado investigador y analista Carlos Bohrt Irahola, ofrece al soberano muchas luces para explicar las reales causas que han puesto contra las cuerdas al actual gobierno. Tuvo como objeto el proceso histórico seguido por el padrón electoral boliviano biometrizado y su relación con la evolución de la población del país durante el lapso de 2009 a 2020, usando como unidad de análisis los municipios existentes en el país. Calculó y comparó las tasas de crecimiento interanual promedio (TCIP) del padrón y de la población, recurriendo a fuentes oficiales del INE y del Tribunal Supremo Electoral.
Encuentra -entre otras valiosas conclusiones-, el inusitado crecimiento de la gran mayoría de los padrones electorales municipales en su primera versión biométrica; lo que sale probado más allá de toda duda razonable por la tasa de crecimiento de electores en las elecciones nacionales de 2009 (primer padrón biométrico) respecto al último padrón “manual” con el que se realizó el referendo constituyente del 2009, mediando entre uno y otro registro de votantes, menos de un año: en al menos 295 municipios los incrementos en el padrón electoral fueron igual o mayor al doble de su TCIP; por ejemplo: en el padrón electoral del municipio de La Paz el crecimiento fue más de 13 veces (13.6) a su TCIP; El Alto fue en 5,5 veces esa tasa media; Santa Cruz de la Sierra 10 veces superior a lo que debió aumentar según su TCIP. Cochabamba, superó 11.6 veces su TCIP; el padrón de Sacaba aumentó en 2009 37.9%, pese a que su TCIP del período era de sólo 4.3%.
En Potosí, en 2009 debió crecer alrededor del 3%, pero lo hizo en 28.7% (9.6 veces más) y en Chuquisaca se batió un récord para el Guinnes: en Tarabuco, en 2009, el padrón electoral pasó de 3.488 a 8.064 inscritos a un fabuloso aumento del 131% (como conejos), pese a que las TCIP de la población y del propio padrón, tienen signo negativo.
En suma, esos datos nos muestran que en 207 municipios de los 341 existentes, la TCIP del padrón electoral fue superior a la TCIP de la población, al extremo que en 162 fue mayor al doble, lo que implica que en más del 60% de los municipios, el padrón electoral creció bastante más que la población; todo según datos oficiales disponibles. La fotito del Censo podría poner en evidencia que esas cifras no cuadran y … Tal parece que: “TODO EL MUNDO TIENE SECRETOS. LA ÚNICA CUESTIÓN ES ENCONTRAR DONDE ESTÁN”. Stieg LARSSON
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo