Escucha la noticia
El presidente Arce en una clarísima señal de oportunismo, pretende sacar ventaja de la política de inercia administrativa que caracteriza a su gobierno. Busca obtener provecho de la brutal guerra de Putin contra Ucrania, para señalar que la política de neutralidad con relación al conflicto bélico, impidió la “inflación galopante y escasez de alimentos”. Esgrime que la baja inflación acumulada en 2022 y el abastecimiento del mercado interno son logros del “modelo económico actual”.
El primer mandatario recurre para esta precipitada afirmación, al estudio The Economist Intelegence Unit, que señala a nuestro país como uno de los más preparados para evitar las desbastadoras consecuencias que ocasiona la guerra, especialmente en el alza de los precios de los hidrocarburos, combustibles y granos. Arce olvida premeditadamente que muchas materias primas y mercancías elevaran sus costes, y ello terminará afectando el consecuente valor de los alimentos, el transporte, y el aumento del monto destinado a la subvenciones.
Con claro oportunismo señala que la economía boliviana está en pleno auge, gracias al modelo económico que él gestó desde el 2006, y ahora, gracias a su habilidad: “estamos saliendo de la crisis que heredamos” (sic) del gobierno constitucional de transición. No informa que los ingresos nacionales disminuyeron, se malgastan las reservas internacionales y que causaron un inexplicable crecimiento de la deuda internacional y nacional, llegando ambas al increíble monto de 26.000 millones de dólares, de acuerdo al análisis de Jubileo. Endeudamiento improductivo, impulsado en los tiempos del alocado populismo “con chequera”.
No hay atisbos de coherencia económica en la administración del MAS. Estamos ante un gobierno caracterizado por la parcialidad de prebenda con sus adeptos y por el inmovilismo en la gestión. Muy eficiente estimulando el carácter identitario —racial y partidario—, con el propósito de estimular la polarización social y regional. No es casual que señale en Santa Cruz, en otra muestra de ruin oportunismo, que las obras que se ejecutan “son de color azul”, ignorando que los recursos son nacionales o subnacionales, y asentados en el Presupuesto General de la Nación.
Otra ocurrencia del presidente aspirante a la reelección en 2025, es presentarse como un gran intelectual de la política y militante del Partido Socialista. No quiere ser menos que el falso matemático y gurú del presidente chileno Gabriel Boric, en vertiginoso desgaste. Nos revela en su cuenta de twiter, para asombro de muchos, en ocasión de conmemorarse los “204 años del nacimiento de Karl Marx”, que desde muy joven fue lector del “padre del socialismo científico”.
Al parecer, no cayó en cuenta que las políticas de subvenciones y las de “Transferencias monetarias” (bono Sol, luego rebautizado bono Dignidad) fueron para atenuar la deuda social y se implementaron por el neoliberalismo en el siglo pasado. No fue el gran invento de Goni, ni tampoco la fantástica idea del mago Arce. Fueron políticas coyunturales, y no sirvieron para superar sosteniblemente la pobreza en nuestro país.
Para irritación del oficialismo, hay también noticias malas. El presidente ignora el último informe de la CEPAL relativo a las “proyecciones de la pobreza moderada y pobreza extrema” en Latinoamérica. El informe desnuda la precariedad y corta sostenibilidad de las políticas de reducción de la pobreza implementadas durante los últimos quince años. La pobreza aumentó del 31,1% en 2019 al 37,5% en la actualidad.
El régimen en su camino crecientemente autoritario, cree que con la política sectaria y excluyente que ejerce, logrará sacar al país de la pobreza, revolver exitosamente la crisis económica y superar los efectos sociales derivados de la pandemia. Se equivoca.
De nada le vale recurrir al victimismo y acusar que las “fuerzas antidemocráticas continúan en su labor de derrocar al gobierno”. Al propalar la gestación de un “segundo golpe”, lo único que logra es acrecentar su debilidad política, y ampliar su carácter intolerante y represivo.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
