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La jugarreta que terminó con la designación de un Defensor del Pueblo afín al oficialismo evidenció que la oposición parlamentaria no sólo tendrá que estar más atenta a lo obvio (presencia en el hemiciclo), sino que también deberá aprender a usar de manera más creativa su “tercio de oro”, que limita la capacidad del partido azul para hacer nombramientos claves.
Teniendo en cuenta que la oficina del Ombudsman no sólo trabaja con su titular sino también con Defensores adjuntos, además de los Defensores departamentales, ¿costaba tanto ampliar la mirada y considerar un enfoque colegiado para el organismo, concertando múltiples nombramientos que equilibrasen su funcionamiento?
Otro elemento a considerar es que la bancada del masismo ya no es homogénea, fruto de la lucha de facciones en esa fuerza política. Prueba de ello es que en varias vueltas de votación para el Defensor del Pueblo los parlamentarios del MAS respaldaron a dos candidatos distintos. La oposición tiene que incorporar el dato de esta reciente heterogeneidad en el oficialismo, para construir estrategias de negociación.
Esto es fundamental de cara a otras selecciones que deben hacerse en los próximos meses. No solamente la de un nuevo Contralor, sino sobre todo la de las ternas para la elección judicial del 2023, proceso que comenzaría en este año.
Sería recomendable que los legisladores de oposición abran un diálogo con la sociedad civil, particularmente con los colegios de abogados y federaciones de profesionales, para confeccionar una lista meritocrática que tienda, al menos, a incorporar un precandidato decente en cada terna.
Sin la división de partidos que caracteriza a las elecciones generales, estos comicios judiciales podrían ser ganables para una ciudadanía activa, como sucedió en el 21F.
Todo esto, sin perjuicio de apoyar simultáneamente la recolección de firmas para el proyecto de reforma presentado por un grupo de juristas independientes, para el caso de que dieran los plazos. “El Tao es seguir dos caminos al mismo tiempo”.
Eso sí: en caso de efectuarse la consulta reformista, habrá que votar NO en una de las preguntas propuestas, que sugiere una profundización de la justicia indígena.
En definitiva, se trata de que la oposición parlamentaria planifique a mediano y largo plazo, en vez de limitarse a desactivar las bombas políticas que el oficialismo lanza cada semana.
En ese horizonte también debería tenerse en cuenta una eventual modificación a la Ley de Organizaciones Políticas, actualmente funcional a Evo Morales (elecciones internas sólo entre afiliados para definir candidaturas) y que la dupla Arce-Choquehuanca puede necesitar cambiar, pero sin contar con los votos requeridos, por el ala legislativa que responde al ex presidente. La oposición puede dar la mayoría pensando en sus propias necesidades, de unificación democrática a través de verdaderas primarias, respetando resultados regionales y uninominales para la conformación de listas parlamentarias.