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Evo Morales y Hugo Chávez

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Evo Morales ha recordado el apoyo que recibió del extinto presidente venezolano, Hugo Chávez no solo para ascender al poder sino también para consolidar el proceso de cambio. El apoyo no solo fue económico y en grandes cantidades de libre disponibilidad, sino además hacían “inteligencia”, procesaban información privilegiada y planificaban y ejecutaban operaciones en una franca intromisión en asuntos internos de Bolivia. El apoyo en este sentido no solo fue de Hugo Chávez sino igualmente de los hermanos Castro de Cuba.

La intervención directa de estos gobiernos ha sido determinante para la conservación, consolidación y prorroguismo ilegal e inconstitucional de Evo Morales. El propio socialismo del siglo XXI, que se gestó en el Foro de San Pablo, fue una creación de Fidel Castro, que se  encargó de difundir, imponer y conservar en países de Sudamérica. Mientras Evo Morales proclamaba que Bolivia era digna, libre, e independiente, se vanagloriaba diciendo que él no necesitaba consultar nada al pueblo boliviano porque recibía órdenes directas de Fidel Castro y Hugo Chávez.

La participación de los agentes cubanos y venezolanos, muchas veces camuflada de mandiles blancos y de ayuda humanitaria, no se limitaba a labores de asesoramiento diplomático o de apoyo a la salud, sino que han participado en operaciones político-policiales como fueron los casos: El Porvenir, Pando, Hotel Las Américas, Santa Cruz, la Calancha, Sucre, Chaparina, Cochabamba, entre otros.

Tal era el nivel de intervención de estos regímenes que, agentes infiltrados fueron encontrados infraganti en la insurrección pacífica de 2019, y enfrentamientos ocurridos en Montero, en Cochabamba, en El Alto. Algunos fueron detenidos con armamento de grueso calibre, poniendo así en peligro a la población boliviana. Los medios de comunicación los han mostrado con las cúpulas del MAS, obligando a los alteños a marchar a La Paz; ellos mismos movilizaban a campesinos de otras zonas con el mismo fin. Y montaron su centro de operaciones en el Chapare ─lugar donde el 95% de la coca producida es insumo de la cocaína─ con el apoyo de las seis federaciones de cocaleros. Ahí los locales recibieron entrenamiento de agentes cubanos, venezolanos y de las FARC, todos éstos actuaron y actúan creando violencia en el país.

Los extranjeros pasaron de simples asesores a tomar decisiones en ciertos niveles de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana, situación que causó profundo malestar e indignación en sus propias filas y la ciudadanía. Cabe recordar que el gobierno transitorio de Jeanine Áñez, eliminó el grito de guerra socialista: “patria o muerte, venceremos”, y disminuyeron o dejaron de rendir honores oficiales al Che Guevara y poner en práctica una serie de consignas foráneas. Y las numerosas delegaciones dejaron de peregrinar, igualmente, a Vallegrande y el Estado tendrá que reivindicar a los soldados caídos en la guerrilla y a las Fuerzas Armadas que supieron derrotar a los rebeldes.

En el gobierno de Evo Morales para ascender a los principales cargos jerárquicos en las Fuerzas Armadas y la Policía boliviano, muchos postulantes eran obligados a comprometerse con el “proceso de cambio” y comportarse en consecuencia. Este sistemático abuso de poder ha privado no sólo del legítimo ascenso a los mejores profesionales sino que ha constituido una verdadera humillación y discriminación para varias promociones de profesionales de las fuerzas del orden. En los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce, se ha impuesto el manoseo, los intereses del partido, la ideología y el servilismo antes que los méritos, la institucionalidad y la dignidad nacional.

El gobierno de Evo Morales pasará a la historia como el que se encargó de pervertir la institucionalidad del Estado, y las Fuerzas Armadas y la Policía boliviana no fueron la excepción. Es cierto que siempre se ha tenido el apoyo de la comunidad internacional, pero nunca se había descendido al nivel de intromisión directa y abusiva como lo hicieron y lo hacen los gobiernos cubanos y venezolanos. En algún momento se tendrá que repensar el relacionamiento político con estos regímenes, y exigir que en estos países se restituya el respeto a los derechos humanos y al Estado Constitucional de Derecho y dejen de hacer “inteligencia” e introducir valores ajenos a nuestra tradición republicana.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo

 


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