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Feedback: esa pequeña pero gran diferencia que conduce al éxito en la gestión del talento

Renata Saucedo Melgar

Especialista en Adquisición de Talento IT, Psicóloga Organizacional

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¿Cómo elegir cuándo ofrecer feedback? Es la pregunta básica que debemos responder bajo un contexto laboral (o también en nuestra vida cotidiana), porque el feedback (en español: retroalimentación) no es más que una oportunidad para compartir nuestras observaciones con otros acerca de sus comportamientos, y específicamente sobre el desempeño o  la productividad.

Centrándonos en la gestión del talento en empresas, gracias a un documento digital que encontré hace unas semanas: “Dominar el arte del feedback” de Harvard Business Review Press, hoy les comparto algunos apuntes importantes a tener en cuenta.

Respondiendo a la pregunta inicial, según este libro, las situaciones adecuadas para ofrecer un feedback útil son las siguientes:

  • Cuando la otra persona o el equipo han realizado un buen trabajo y merecen reconocimiento.
  • Cuando existe una alta probabilidad de que la otra persona mejore sus habilidades técnicas o blandas.
  • Cuando la otra persona o el equipo está esperando tu opinión, ya sea por planificación o por algún inconveniente en el trabajo.
  • Cuando existe un problema que está afectando al proyecto, a los demás y a la organización.

Es importante evitar dar feedback en situaciones donde no haya suficiente información de los hechos, después de un evento difícil, cuando no haya tiempo suficiente ni paciencia para abordar la conversación, ni tampoco basado en preferencias o improvisaciones.

La clave está en que se den feedbacks positivos con frecuencia o cuando haya la oportunidad, para que cuando sea necesario ofrecer un feedback correctivo, sea más creíble y menos amenazante.

La diferencia entre el feedback, el coaching y la evaluación del rendimiento radica en que su propósito es reforzar o cambiar algún comportamiento. Los participantes pueden ser dos o más personas (un equipo, grupo o área), y debe llevarse a cabo en un espacio privado y tranquilo. Además, el tono en el cual se comunique el mensaje puede ser informal o formal según la jerga que manejen entre sí. Ten en cuenta que el feedback debe tener un seguimiento continuo y frecuente según la necesidad.

Para terminar esta primera parte (habrá una segunda), aquí tienes algunos ejemplos de los enfoques que podemos tener al dar feedback.

Feedback positivo:

  • Felicitación: Hacer saber que están haciendo un buen trabajo o que han obtenido un resultado exitoso.
  • Desarrollo profesional: Contribuir a su aprendizaje con consejos y herramientas para su trabajo.
  • Comunicación: Fortalecer la comunicación abierta y el trabajo en equipo.
  • Confianza: Crear un espacio donde no solo exista comunicación, sino también confianza en lo que se está realizando y en lo que se puede mejorar.

Feedback correctivo:

  • Reorientación: Explicar el comportamiento, sus consecuencias y redirigirlo hacia un comportamiento deseable.
  • Productividad: Señalar ejemplos de acciones que podrían obtener mejores resultados que las actuales.
  • Seguimiento: Demostrar que estamos pendientes del trabajo que realizan y dispuestos a colaborar en lo que necesitan.

En conclusión, está demás decir que el feedback dentro de un equipo de trabajo es esencial y beneficioso. Desde mis experiencias como subordinada (no líder), puedo dar fe de que se trabaja mejor en escenarios donde es parte de la cultura laboral dar y recibir retroalimentación en función de los objetivos trazados.

Por otro lado, cuando tuve experiencias de trabajo donde no se practicaba un feedback “positivo” y solo había escasos feedbacks correctivos (a veces simplemente enviaban la carta de despido), era un punto que desmotivaba tanto a mí como a mis compañeros de trabajo; el rendimiento era “por cumplir” sin disfrutar el proceso y además, el jefe (muy diferente a ser líder) no estaba enterado de las cosas, sino solo de números o comentarios de alguien más, por tanto, su empresa no avanzaba con “grandes” resultados.

Crear espacios de confianza y practicar el feedback a corto y mediano plazo pueden superar expectativas o permitir que las personas realmente puedan trabajar en sus debilidades e incluso convertirse en los mejores para su empresa. Esto es aplicable en el trabajo y en la vida.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Renata Saucedo Melgar

Especialista en Adquisición de Talento IT, Psicóloga Organizacional

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