Escucha la noticia
Se estima que el uso de insulina en todo el mundo aumentará un 20% para el año 2030. La mayor parte del volumen mundial de insulina es producida por los tres mayores fabricantes: Eli Lilly, Novo Nordisk y Sanofi.
Hace unos días, no pude pasar por alto algunos tweets que indicaban el conflicto que tenían algunos pacientes con diabetes para conseguir las dosis de insulina inyectable en algunas farmacias del país. La farmacia, indicaba que no estaba comprando el producto por el tema de escasez de dólares que tenemos.
Desde el año pasado, el país ha tenido escasez de otros medicamentos, situación que repercute hasta en algunos seguros de salud y pacientes con condiciones más complejas como los pacientes de oncología. Pero en particular, la insulina para diabéticos, tiene un problema a nivel mundial con su producción, comercialización y por lo mismo importación.
La escasez mundial de insulina es un problema grave que afecta a millones de personas que viven con diabetes. Actualmente, la producción mundial de este medicamento se concentra en unos pocos países, principalmente en Estados Unidos, Alemania, China y Dinamarca. Estos países albergan las principales compañías farmacéuticas que fabrican insulina.
La producción de insulina es complicada debido a varios factores. Primero, la complejidad del proceso de fabricación requiere tecnología especializada y costosa. Existen barreras regulatorias y patentes que limitan la producción en otros países. La demanda mundial de insulina ha ido en aumento, pero la capacidad de producción no ha logrado satisfacerla plenamente. La escasez en varios lugares, ha generado un aumento en los precios y dificultades de acceso para aquellos que dependen de esta medicación vital.
Hace poco, se dio a conocer la publicación sobre una posible solución a través de una entrega oral de insulina, obtenida en plantas. El estudio lleva por título: La proinsulina oral asequible bioencapsulada en células vegetales regula los niveles de azúcar en sangre de manera similar a la insulina natural, publicado en la revista Biomaterials.
La actual administración de insulina a través de inyectables, puede provocar la absorción rápida de insulina en el torrente sanguíneo, lo que potencialmente causa hipoglucemia, niveles de azúcar en la sangre más bajos de lo óptimo.
Una ventaja de la proinsulina, es que las paredes celulares vegetales, protegen la sustancia de los ácidos y enzimas estomacales, logrando esta ser descompuesta por los microorganismos intestinales, que permitirán su transporte al hígado y cumplir su función.
El método tradicional para producir insulina, es a través de células bacterianas o levaduras genéticamente modificadas, que producen la hormona. Sin embargo, este método aún es costoso y requiere una purificación óptima para ser considerada para el uso humano, además de requerir de bajas temperaturas para su transporte y almacenamiento.
Este nuevo método propuesto elimina la necesidad de equipos de laboratorio costosos, y permite que la sustancia continue estable a temperatura ambiente. Los costos en general de producir estas plantas, reducen considerablemente y permiten que esta técnica sea más accesible a distintos países.
La agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, tiene precedente en haber aprobado ya 2 medicamentos producidos en plantas, por lo que se espera que este proceso para la insulina, también pueda alcanzar su aprobación en beneficio de los pacientes con diabetes.
En un país, donde se cuenta con una política para biotecnología, se hace caso a científicos sobre las oportunidades y seguridad de emplear herramientas de la biotecnología para generar distintas soluciones, los beneficiados serán muchos. Lamentablemente acá en Bolivia, seguimos estancados en una discusión arcaica en perjuicio de muchos pacientes.
