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La era de Trump

Ian Vásquez dice que la era de Trump se caracteriza por las ideas nacionalistas, las mentiras, la desconfianza del libre comercio y el vilipendio a los migrantes.

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Por Ian Vásquez1

Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos el lunes. La era de Trump, sin embargo, empezó en el 2016, cuando fue elegido presidente por primera vez, y es probable que su era continúe por largo tiempo.

Ciertamente, Trump lo ve así. En su discurso inaugural, declaró: “Fui salvado por Dios para hacer América grande de nuevo”, dijo que su elección fue “la más importante y trascendental de la historia de nuestro país” y prometió que “la edad de oro de Estados Unidos” empezaba en ese momento. Trump reveló que, para los estadounidenses, la fecha de ayer marcaba su “día de la liberación”.

No hay nada nuevo en esa grandilocuencia pomposa y es poco probable que el paraíso en la tierra que promete Trump se realice. Ya Estados Unidos lo ha vivido antes. La verdadera era de Trump se caracteriza por las ideas nacionalistas, las mentiras, la polarización, la desconfianza hacia el comercio libre y el mercado, y el vilipendio a los inmigrantes.

En su primera presidencia, por ejemplo, Trump impuso aranceles sobre miles de productos importados argumentando que beneficiarían a la economía y a los trabajadores estadounidenses. En su lugar, fue “una de las mayores subidas de impuestos en décadas”, según el Tax Foundation, que “aumentó los precios y redujo la producción y el empleo”.

La era de Trump ha sido ininterrumpida porque la presidencia de Joe Biden puede caracterizarse de forma similar. El estilo y hasta las ideas políticas de Trump han afectado a los dos partidos. Biden mantuvo los aranceles de Trump e impuso otros, empeoró todavía más el descontrol en el gasto público, gobernó de una manera más políticamente extrema que anteriores gobiernos demócratas, practicó y amparó formas de intolerancia ideológica y discriminación de izquierda, y fomentó la polarización.

La nueva presidencia de Trump sigue ese camino. Por ejemplo, las mentiras y el engaño, cosas en las que todos los presidentes incurren, son especialmente descarados en el caso de Trump. En su discurso, dijo que Panamá rompió su palabra con Estados Unidos respecto del canal, que está sobrecobrando a los barcos estadounidenses y que el canal está siendo operado por China. Nada de eso es ni remotamente cierto.

Trump dijo que impondrá aranceles al resto del mundo para enriquecer al país, ignorando así la evidencia histórica, incluso de su propia presidencia. A pesar de tales impuestos, dice que reducirá rápidamente costos y precios en la economía.

No todo lo que promete Trump es dudoso. Planea reducir el impuesto corporativo, eliminar las regulaciones y “poner fin a la política gubernamental de ingeniería social de la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada”. Estas y otras medidas que promete Trump serían sumamente positivas.

Trump puede ser un nacionalista, pero no es un ideólogo fiel a una serie de principios claramente articulados. Es, más bien, políticamente pragmático y oportunista. Por eso, en este momento de la era de Trump, el presidente se ha asociado con muchos líderes de la alta tecnología, como Elon Musk, que financiaron su campaña y favorecen la desregulación y una inmigración más abierta a los trabajadores bien calificados. Esas tendencias liberales ya han causado tensiones importantes dentro del trumpismo y anuncian una alianza inestable.

Esta fase de la era de Trump también se diferencia en cuanto a la agresividad que Estados Unidos podría tener en su política exterior. El presidente anunció que su país será “una nación en crecimiento que […] expande nuestro territorio”. ¿Será que su creencia de que la riqueza se basa en los recursos en vez de en la apertura económica está finalmente formando su política exterior?

Si es así, será solo un elemento más que indica que la era de Trump sigue poniendo al país en un rumbo muy distinto a lo que hubo antes.


1es Vicepresidente de Estudios Internacionales y Director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute y coautor del Human Freedom Index. Vásquez es columnista semanal de El Comercio (Perú).

*Este artículo fue publicado en elcato.org el 22 de enero de 2025

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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