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Por Ryan Bourne1
El Instituto Cato publicó recientemente un nuevo libro que he editado, The War on Prices: How Popular Misconceptions about Inflation, Prices, and Value Create Bad Policy.
Este volumen* de varios autores desmiente una serie de ideas erróneas sobre la reciente inflación, documenta las consecuencias perjudiciales de los controles de precios gubernamentales actuales e históricos, y rebate los erróneos argumentos morales y económicos que impulsan estas intervenciones en materia de precios.
Entre otras controversias contemporáneas, los capítulos documentan que:
- El reciente aumento del nivel de precios en Estados Unidos fue causado principalmente por el excesivo estímulo macroeconómico de Washington, DC, no por la avaricia empresarial, los “choques de oferta“, las espirales de precios y salarios u otros precios específicos que “impulsan” el nivel general de precios.
- No obstante, los políticos y los banqueros centrales han desviado la culpa de esta inflación hacia las empresas y las fuerzas externas, legitimando y fomentando una “guerra contra los precios” a través de propuestas perjudiciales contra la supuesta “subida de precios”, las “tasas basura” y la “contracción de la inflación”.
- Los gobiernos federales, estatales y locales ya instituyen controles de precios perjudiciales en una serie de mercados individuales, incluidos los alquileres, los tipos de interés de los préstamos a corto plazo, los salarios mínimos, los precios en situaciones de emergencia, las primas sanitarias, las comisiones de demora de las tarjetas de crédito y muchas otras cosas.
- Desde el antiguo Egipto hasta los Estados Unidos modernos, la encarnación más común del control de precios, los precios máximos, ha creado escasez, productos de menor calidad y mercados negros, y puede ser especialmente perjudicial para los pobres.
- Lejos de ser un mercado libre, la sanidad estadounidense está plagada de controles de precios gubernamentales efectivos que suelen hacer subir los precios de mercado.
- Las supuestas “tasas basura” suelen tener un importante fundamento económico, y restringirlas o prohibirlas puede producir toda una serie de consecuencias imprevistas.
- Incluso cuando el aumento del salario mínimo no provoca despidos, las empresas pueden adaptarse recortando prestaciones no salariales, introduciendo horarios de trabajo menos flexibles y reduciendo la calidad del entorno laboral, todo ello en detrimento de los trabajadores. Un suelo salarial público más alto también suele contribuir muy poco a reducir la pobreza.
- Tanto el “impuesto rosa” (las mujeres pagan más por productos aparentemente similares) como la “brecha salarial de género” (las mujeres cobran menos que los hombres, por término medio) reflejan abrumadoramente las decisiones que toman las familias, no el “sexismo” empresarial.
- Los precios dinámicos al estilo Uber, lejos de ser algo que los clientes deban temer, pueden resultarles muy beneficiosos en diversos sectores.
Hay otros temas interesantes en el libro, incluido el análisis de los controles de precios en la Segunda Guerra Mundial, la Teoría Monetaria Moderna, la fijación del precio del agua, la remuneración de los directores ejecutivos, los controles de precios del petróleo y el gas en los años setenta, la moralidad de los precios de mercado, la relación entre precios y valor, y la consecuencia mortal de prohibir las transacciones por dinero en los mercados renales.
La guerra de los precios ha recibido excelentes críticas de economistas y comentaristas muy diversos. Consulte los elogios anticipados o lea una introducción más extensa. Puede solicitar su ejemplar aquí.
*Contribuyen Brian Albrecht, Pedro Aldighieri, Nicholas Anthony, David Beckworth, Eamonn Butler, Vanessa Brown Calder, Michael Cannon, Jeffrey Clemens, Bryan Cutsinger, Alex Edmans, Peter Jaworski, Pierre Lemieux, Deirdre McCloskey, Jeffrey Miron, Liya Palagashvili, Joseph Sabia, J. R. Shackleton, Peter Van Doren y Stan Veuger.
1es catedrático R. Evan Scharf para la Comprensión Pública de la Economía en el Cato Institute.
*Este artículo fue publicado en elcato.org el 04 de junio de 2024