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Esa memoria es la “herencia que nos fue legada sin necesidad de testamento alguno”, como tradujo Hannah Arendt al poeta René Char, para subrayar que la memoria y el recuerdo nos conducen al autodescubrimiento pasado y presente, y nos salvan del pesimismo.
Esa herencia, convertida en memoria individual y colectiva contra la mentira y el olvido es la que pretende borrar en Bolivia el Movimiento al Socialismo (MAS), merced a su poder político y judicial, centralista, abusivo y violador de los derechos civiles y humanos, tanto que mata impunemente y luego cataloga a los muertos como suicidas. Amén de otros poderes, como el poder del narcotráfico y el crimen organizado que crece como hidra de 1000 cabezas, ‘exporta’ cocaína en la línea bandera nacional sin que nadie se entere, mientras algunos ‘jefazos’ se hacen los inocentes o de la vista gorda, todos con cara de ‘yo no fui’.
La herencia-memoria rechaza la malévola construcción narrativa del MAS sobre el supuesto golpe de Estado de 2019. Este rechazo hace un uso correcto de la expresión ‘construcción narrativa’, pues pertenece al género literario de ficción, es decir, fingida, no real, aunque tenga atisbos de realidad. En el caso de Venezuela esa expresión no conjuga, como pretende el gobernante Lula de Silva, porque allí hubo y hay una dictadura que ha sido y es brutal, mortífera. Aquí no hubo golpe de Estado, hubo fraude en unas elecciones con “manipulación dolosa e irregularidades graves que imposibilitan validar los resultados”, según comunicado de prensa de la OEA, 4.XII.2019, y otras graves conculcaciones a la democracia. La ‘nueva narrativa’ o ‘nuevo relato’ que riegan los populistas del MAS por doquier para imponer su ‘posverdad’, es una mentira absoluta. Se la refuta desde la memoria, que puede ser individual, pero empieza y termina siendo social.
La expresidenta Jeanine Añez (09,2019-10,2020), hoy presa política del régimen, desde su memoria individual, coincidente con la memoria social, sienta y asienta en su libro “De puño y letra” esa verdad contra la mentira. Sostiene que el origen de la crisis de aquel año está relacionado con la “desmesurada ambición de poder” del jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS) Evo Morales. “Todos estos momentos tan difíciles no debemos olvidar que tienen su origen: el capricho de Morales por no dejar el poder”. Es la memoria contra la mentira; es la huida pactada con su afín López Obrador, huida que desnudó “su verdadero rostro, cobarde y macabro… abandonando las responsabilidades de su alto cargo…buscando cómo generar más violencia, exponiendo a los que se quedaron y dejando a los ciudadanos desprotegidos…”
La expresidenta Añez habla de los avatares de aquella sucesión constitucional que le cupo a ella porque era la Segunda Vicepresidenta del Senado, ante la renuncia en cascada de quienes le precedían, renuncia ordenada por el ex Morales. Y habla de las incertidumbres, los miedos, los peligros en medio de amenazas de guerra civil, durante las negociaciones en las mesas de diálogo instaladas en La Paz con la presencia y facilitación de la Unión Europea, algunos de sus embajadores, la Iglesia Católica y Naciones Unidas con las delegadas del MAS.
La exmandataria subraya que “Después nos enteramos que los líderes de la oposición negociaron en La Paz con las representantes del MAS, apoyados por los facilitadores, la salida de Morales del país”. Y subraya que “Una vez que se aseguró un vuelo en las negociaciones, dio nuevas instrucciones a su gente, por eso las negociadoras autorizadas que participaron con los facilitadores del diálogo en la Universidad Católica ya no fueron a ninguna otra reunión incumpliendo los compromisos asumidos, como la asistencia de los parlamentarios del MAS a las convocatorias a las sesiones en la Asamblea”.
Escrito en papel cuadriculado en su celda, salvando todas las cortapisas de sus carceleros, Jeanine Añez responde las preguntas del periodista Luis Echarte. “Culminar el libro ha sido un gran logro para mí al desafiar a mi maltratado estado de salud mental, aunque lo he conseguido, con la ayuda de Dios y el amor de mis hijos. Este es un libro de testimonio y lucha.” Y describe lo que fue su gobierno interino, enfrentado a la mortal y desconocida ‘Corona Virus Desease,’ Covid 19, y la otra pandemia, la política obstruccionista del MAS a su gestión; la prórroga del mandato por la pandemia, hasta el “juicio express” ya instalado por Arce Catacora, tras su detención el 12 de marzo de 2021, acusada de haber cometido terrorismo, sedición, conspiración, incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la ley. Ninguno de esos delitos pudo ser probado, pero el ministro de INjusticias se inventó otro: haberse autoproclamado. El régimen la sentenció a 10 años de prisión el 10 de junio de 2022. A un año de tal oprobio, la expresidenta constitucional tiene la garra y el acierto de escribir, “podrán mantenerme presa todo el tiempo que quieran, pero mi espíritu democrático y libre nunca podrán quebrantarlo, estoy presa, pero soy libre, esa es mi fortaleza.” Y la nuestra. Seguiremos batallando por el deber de la memoria-herencia contra el olvido, contra la mentira, la impostura y la impunidad, porque hay heridas que no cicatrizan, que no cierran, que quedan abiertas, por ausencia de justicia, de ética y de dignidad humanas. Y porque hay más de 240 presos y perseguidos políticos. Continuará.
