La prohibición de las CBDC cobra fuerza (EEUU)
Norbert Michel dice que las monedas digitales de banca central son una reacción desesperada de los gobiernos para impedir que las monedas descentralizadas amenacen el monopolio de las monedas nacionales.
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Por Norbert Michel1
Politico informa de que un grupo de conservadores de la Cámara de Representantes está tratando de vincular una votación sobre el proyecto de ley de moneda digital del banco central del representante Tom Emmer (Republicano de Minnesota) a un acuerdo sobre una legislación más amplia sobre la criptomoneda. Según el artículo, la razón principal para evitar esta estrategia es que corre el riesgo de “aislar a los pocos demócratas” que apoyan la legislación más amplia del representante McHenry (Republicano de Carolina del Norte).
Dejando a un lado qué miembros apoyan proyectos de ley más amplios sobre criptomonedas, impedir que la Reserva Federal emita una CBDC no debería ser la cuestión partidista en la que se está convirtiendo. Un CBDC da al gobierno un poder económico incalculable, independientemente del partido que esté al mando.
Emitir una CBDC no tiene nada que ver con perder una carrera tecnológica, impulsar pagos más rápidos o proteger el estatus del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. Independientemente de lo que piense el representante Stephen Lynch (Demócrata de Massachusetts), impedir que la Fed lance un CBDC no equivale a “meter la cabeza en la arena”.
Las CBDC son una reacción desesperada de los gobiernos para impedir que las monedas descentralizadas amenacen el monopolio de las monedas nacionales. Permiten el máximo control gubernamental sobre la vida de las personas mediante el suministro directo de dinero y servicios financieros.
Algunas variantes de CBDC recurren a empresas del sector privado para ayudar al banco central, pero son igual de malas. Podría decirse que son incluso peores porque cooptan a las empresas privadas que, de otro modo, podrían servir para controlar el poder del gobierno central.
Ha sido muy fácil explicar este peligro a la gente porque muchos funcionarios de gobierno de todo el mundo han sido sinceros sobre por qué quieren CBDC. Mi colega Nick Anthony y yo hemos pasado los últimos años documentando estas declaraciones y diseccionando los argumentos a favor y en contra de los CBDC.
Desde febrero de 2023, cuando creamos nuestra última recopilación digital de esas declaraciones, los funcionarios de los gobiernos de todo el mundo no han dejado de dar golpes. A veces, estos funcionarios parecen menos que directos.
Este mes de febrero, por ejemplo, Piero Cipollone, del Banco Central Europeo, aseguró ante el Parlamento Europeo que el BCE no tomaría ninguna decisión sobre el lanzamiento de un euro digital sin una nueva legislación. Aclaró que el BCE ni siquiera está “iniciando ahora los trabajos de desarrollo”.
Pero en el mismo discurso, Cipollone explicó que el BCE ha empezado a solicitar a terceros que ayuden a “establecer acuerdos marco con posibles proveedores de componentes del euro digital y servicios relacionados”. Cipollone también dijo al Parlamento que el BCE está “trabajando en un proyecto de reglamento [para el euro digital] junto con representantes de los consumidores, minoristas e intermediarios”.
A continuación, pregonó las supuestas ventajas de una CBDC, dando a entender que es clave para garantizar que “todo el mundo, independientemente de sus ingresos, pueda pagar en cualquier situación de la vida cotidiana.” (De hecho, se refirió a esta supuesta característica como un “derecho fundamental“).
En lugar de detenerse ahí, insistió en que el “objetivo del BCE es preservar el papel y la participación del dinero del banco central en los pagos, no desplazar al dinero privado”. Pero en prácticamente todos los países desarrollados, la principal función del dinero del banco central son los pagos entre bancos.
Los bancos centrales ya controlan los sistemas de liquidación de reservas bancarias, y la mayoría de ellos lo hacen electrónicamente. Y los bancos centrales controlan la oferta agregada de reservas. En otras palabras, los bancos centrales ya disponen de CBDC para el dinero del banco central.
Crear una CBDC minorista, ya sea a través de bancos privados o no, es algo más que preservar el papel del dinero del banco central en los pagos. Mucho más.
Por su parte, la Reserva Federal ha emprendido investigaciones, experimentos y programas piloto para desarrollar una CBDC, pero ha dicho oficialmente que dista mucho de estar preparada para ponerlo en marcha. Ésa es la buena noticia.
La mala noticia, sin embargo, es que hay más que suficiente zona gris en la Ley de la Reserva Federal para permitir a la Fed lanzar una CBDC en caso de que la Fed cambie de postura.
En cualquier caso, como demuestra el artículo de Nick en Cato at Liberty, todavía quedan algunas preguntas importantes sin respuesta en relación con la Reserva Federal y una CBDC.
Por ejemplo, mucha gente se emocionó cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que la Fed no está “ni cerca de recomendar o adoptar” una CBDC. Sin embargo, Powell también ha declarado que “si alguna vez hiciéramos algo así –y estamos muy lejos de siquiera pensarlo– lo haríamos a través del sistema bancario”.
Para cualquiera que se oponga a una CBDC minorista –el suministro de dinero y servicios financieros por parte del gobierno– esta declaración debería ser una señal de alarma. Aunque la Ley de la Reserva Federal prohíbe a la Reserva Federal interactuar directamente con el público, no existe tal prohibición para interactuar con los bancos. Por tanto, podría decirse que la Reserva Federal tiene autoridad para poner en marcha lo que denomina una CBDC intermediado, en el que proporciona dinero a los bancos y éstos tratan con el público.
De nuevo, este tipo de CBDC es tan peligroso como el que se proporciona directamente a los ciudadanos, porque también permite al gobierno federal proporcionar dinero y servicios financieros. En el mejor de los casos, este modelo competiría con las empresas del sector privado que proporcionan dinero y servicios financieros. Pero no hace falta tener una visión perfecta para ver que las empresas del sector privado no pueden competir realmente con el gobierno de esta manera.
Según el Rastreador de CBDC de la Human Rights Foundation, 12 gobiernos han puesto en marcha una CBDC y 37 han iniciado programas piloto de CBDC.
Son 49 de más. Una CBDC es la herramienta perfecta para el Partido Comunista Chino, y esa es exactamente la razón por la que todos los gobiernos no autocráticos deberían evitar su creación.
1es vicepresidente y director del Centro para las Alternativas Monetarias y Financieras del Instituto Cato, donde se especializa en asuntos relacionados con los mercados financieros y la política monetaria.
*Este artículo fue publicado en elcato.org el 05 de abril de 2024