Escucha la noticia
El masismo ya tiene su alter ego político. Desde la perspectiva de Evo Morales y su partido, el bloque de unidad que nació este lunes en Santa Cruz es lo que estaba buscando para justificar la agudización de la polarización. Y desde la óptica de los sectores radicalizados, en la acera del frente, es el momento de poner freno en seco al autoritarismo del actual gobierno.
Después de recibir la línea discursiva del día, el presidente de la Cámara de Diputados, Freddy Mamani, descalificó este martes el Encuentro Nacional por la Unidad y la Defensa de la Democracia, realizado en la capital cruceña, porque busca “impunidad” para quienes gestaron el inventado “golpe de Estado” en 2019.
El llamado a la defensa de la democracia efectuado por el bloque de unidad tiene un objetivo claro en el corto plazo: frenar el “autoritarismo” desatado por el masismo a través de la administración de Luis Arce “que pretende eliminar toda forma de oposición y disidencia, afectando en su esencia al pluralismo político, económico, social y cultural de la nación”.
“Quieren negociar una impunidad y nosotros no vamos a acceder a ese juego”, dice ahora el discurso del masismo en boca del Presidente de la Cámara Baja, mientras las oposiciones organizadas en el flamante bloque exigen el cese de la “persecución político-judicial” a los acusados y presos políticos de hoy y mañana.
Uno de los temas de la disputa entre los polos políticos opuestos, además de fraude electoral versus golpe de Estado, es la Ley contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas que ha sido rechazada por todos los sectores a los que toca con su contenido persecutorio y puede ser el elemento de articulación del bloque opositor con buena parte de la sociedad.
Para evitar que eso se consume, el masismo anunció este martes, a través de sus senadores, que la Ley contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas queda en suspenso de manera temporal y convocó a los sectores que cuestionan el proyecto de Ley que presenten sus observaciones de carácter jurídico y técnico, a fin de buscar consensos.
La decisión de suspender el tratamiento del cuestionado proyecto de Ley deja al bloque de unidad sin un argumento potente para la realización de marchas en todo el país el domingo 10 de octubre y el paro nacional movilizado ratificado para el lunes 11. Sólo quedará el argumento de la persecución “político-judicial” y eso es más administrable para el masismo.
También es previsible una mayor radicalización discursiva en ambos polos. De hecho este martes parlamentarios de Comunidad Ciudadana han comenzado a repetir la advertencia de la bancada de Creemos de que “se viene la noche” para el gobierno de Arce si el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, es detenido tras su declaración en la fiscalía de La Paz, en el marco del caso del supuesto “golpe de Estado”.
En medio esas posiciones radicalizadas queda el grueso de la gente del país cuyas principales preocupaciones no pasan necesariamente por el fraude electoral o el inexistente golpe de Estado ni por el cese de la persecución “político-judicial” versus la negociación de “impunidad” para los presuntos golpistas.
Las preocupaciones de la mayoría del país siguen siendo el desafío de vencer la pandemia del coronavirus ante un aumento sostenido de contagios en los últimos días y la cuarta ola en puertas, la urgente necesidad de reactivar la economía de sus familias y la contención de los feminicidios, infanticidios y de la inseguridad ciudadana que están matando bolivianos y bolivianas todos los días.
