La victimización de la imagen de Allende y cómo la izquierda se aferra al relato estéril
“El gobierno esperaba instrumentalizar la fecha y ha terminado dando espacio a múltiples registros de lo que fue Chile antes del golpe, generando el enojo y frustración del Partido Comunista”, asegura el consultor político Diego Navarro, en contacto con PanAm Post.
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Por Gabriela Moreno1
A medio siglo del golpe militar contra Salvador Allende en Chile, la izquierda en el país insiste en la victimización del mandatario para capitalizar cualquier rédito electoral o político. Sin embargo, apelar a la memoria histórica de un hecho que divide a la nación es inútil. La estrategia está saliendo mal.
“El gobierno esperaba instrumentalizar la fecha y ha terminado dando espacio a múltiples registros de lo que fue Chile antes del golpe, generando el enojo y frustración del Partido Comunista”, asegura el consultor político Diego Navarro en contacto con PanAm Post. El experto también destaca que “la conmemoración de los 50 años ha concentrado la discusión más en Allende que en la dictadura”.
Falló el manejo y esto quedó claro. El presidente Gabriel Boric pasó de querer emular a Allende a vociferar la necesidad de ir más allá del mito que representa. Es una grieta reveladora. ¿Está pensando distinto?, ¿ya no lo considera una leyenda viviente? Su vaivén no es casual. El jefe de Estado busca parecer más equilibrado en torno a este referente que pretendía instaurar una “vía chilena al socialismo”. Lo necesita. Lo favorece cuando su desaprobación supera el 60 %.
Una distancia conveniente
Marcar distancias es conveniente para el gobierno de Boric. Además, Allende -como él- también reportó un debilitamiento de la economía en el primer año de mandato. Ni la nacionalización de la minería del cobre, la reforma agraria, ni el congelamiento de los precios de las mercancías, ni el aumento de los salarios emitiendo moneda detuvo la crisis.
Datos de aquello lo confirman. La inflación registró un alza de 34,5 % en 1971 a 216,7 % en 1972 y, posteriormente, 605,9 % en 1973. Los controles agravaron la situación y los sueldos en 1973 eran ya un 30 % inferiores que en 1970.
Quizá todo el panorama condujo a Daniel Mansuy a asomar en su libro Salvador Allende. La izquierda chilena y la Unidad Popular (2023) que los defensores de esta ideología no han podido elaborar una narrativa histórica sobre la denominada UP que sea uniforme.
Un relato sin ganancia
Hacer intentpos por mantener el relato de que Allende fue una víctima es otro error. Los comunistas insisten, pero “el problema surge cuando quieren imponer una visión única de los hechos ocurridos y volverse ciegos de la sana discusión al respecto de sus causas” señala el consultor político, Diego Navarro en contacto con PanAm Post.
En ese sentido, destaca “la izquierda más moderada se encuentra bajo el alero gubernamental y partidario de una izquierda extrema que no acepta debates, explicaciones, análisis o ningún tipo de visión que no sea la que a ellos les acomoda. Esa izquierda radical quiere dictar la forma y el fondo de lo que debe ser la conmemoración”.
Esta estrategia no sólo repercute en la derecha, sino en el mismo seno del gobierno. Se notó cuando desde el PC presionaron por la salida de Patricio Fernández, un escritor elegido por Boric pero cuestionado por los comunistas, quien organizaba la conmemoración y buscaba encontrar los espacios de unión.
Un país en crisis
A sólo dos semanas del 11 de septiembre, Navarro considera que es necesario distinguir entre el Chile de los políticos y de la ciudadanía, para comprender la dicotomía que genera la conmemoración del golpe contra Allende en el gobierno de Boric.
Al respecto, subraya que “el Chile de los políticos está tremendamente polarizado y fragmentado”. A ello agrega que “las instituciones políticas tienen aprobaciones bordeando el margen de error, el país está en la mitad de un proceso constituyente que no acomoda ni siquiera a quienes fueron convocados a dirigirlo, mientras que el gobierno con baja aprobación lucha por mantener a su pequeño reducto cuando aumentan los escándalos de corrupción que se han esparcido a su corazón político”.
¿Y el resto de Chile? “No está polarizado sino desesperado” responde Navarro tras subrayar que “mientras los políticos se pelean por imponer visiones de hechos ocurridos hace 50 años, el invierno causa estragos en regiones completa, la macrozona sur está sumida en el miedo por el recrudecimiento de hechos terroristas y la inflación, el desempleo y recesión aumentan sin ninguna medida del gobierno enfocada en la reactivación”.