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Esopo decía que “las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada”. En comunicación, las palabras son los glóbulos rojos que transportan las ideas en el plasma comunicativo. Son condición necesaria, aunque insuficiente.
Por eso en esta primera columna en PUBLICO quiero dejar sentada estas bases, que son las palabras claves para el ejercicio profesional y honesto de la comunicación:
- HECHOS: La palabra por la palabra es pura retórica. La comunicación debe estar al servicio de la realidad, debemos huir de la tentación de envolver los hechos solo con palabras. Hay que comunicar la verdad sin ropaje. Los hechos son sustantivos que maridan bien con los verbos y mal con los adjetivos.
- ESCUCHAR. Hablar es mucho más fácil que escuchar. Oír es una cualidad del ser humano; escuchar es una condición del ser social. Atender al otro es una actitud imprescindible para entenderle. La escucha es el principio del diálogo. Si el comunicador escucha, le escucharán.
- DIÁLOGO. En la naturaleza, la supervivencia incita a agruparse para protegerse, sin embargo, los lazos más fuertes se trenzan con el lenguaje y las conductas. Del diálogo surge el acuerdo entre percepciones, deseos, obligaciones, decisiones y acciones.
- CONTEXTO. En un mundo saturado de mensajes, las circunstancias a menudo proporcionan el código para descifrar los significados y sus consecuencias. La noticia circula a tal velocidad, competir por ella aporta menos valor que ponerla en contexto. Los comunicadores tenemos que hacer un gran esfuerzo para explicar este contexto, de tal suerte que construyamos una historia coherente y consistente. El análisis de datos y entornos es una habilidad profesional muy necesaria.
- MENSAJE. El proceso de comunicación requiere una sustancia creadora, que se encuentra en lo que decimos, en cómo lo decimos y en qué queremos provocar. Ahora bien, sin contexto ni retorno, el mensaje es un huérfano perdido entre las masas. El mensaje ha de ser claro, directo, aportar la información necesaria para entenderlo.
- MEDIO. Antes los llamábamos medios, ahora son canales. En comunicación, el fin tampoco justifica los medios. La clave del entendimiento entre fin y medio (o canales) es que la relación sea cristalina y eluda las tentaciones de instrumentalización.
- NETWORKING La misión de tejer las redes (nets) de relación que faciliten la creación de fuentes, para tener información y así poder informar, es vital, pero a la vez es “sagrada” no se pueden revelar y siempre respetar, duela lo que duela el “off the record”
- GRUPOS DE INTERÉS. En este mundo hiperconectado, la comunicación camina hacia la personalización del mensaje y del canal.
- PERCEPCIÓN. En los últimos años realidad y percepción se han distanciado peligrosamente, donde sale perdiendo la confianza. La percepción no es una versión de la realidad, sino una interpretación de esta. La misión del comunicador es que las interpretaciones se realicen a partir de hechos comprobables. Esta es la eficacia de la comunicación.
- VALORES. Las conductas se transforman en valores cuando se reiteran hasta el punto de alimentar la impronta de los mensajes. Los valores generan implicación y compromiso.
- TRANSPARENCIA. La oscuridad no es territorio para profesionales de la comunicación, sino para maniobreros de las sombras. La comunicación no consiste en colorear los cristales a través de los cuales miran los distintos grupos de interés, sino en aumentar la translucidez del propio para facilitar la visión.
• CREDIBILIDAD Y REPUTACIÓN. Es la cualidad de quien vive pegado a la verdad, a la suya y a la de los demás. La mejor verdad es aquella que se sostiene solo con los hechos, sin aditivos ni colorantes. La credibilidad es la mejor virtud de un comunicador y también la más frágil. La buena reputación es el mejor combustible para la sostenibilidad de la información.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
