Los costos trágicos pero no sorprendentes de las armas estadounidenses sueltas en Ucrania
Jordan Cohen dice que el uso indebido de las armas donadas por Estados Unidos a Ucrania no es algo sorprendente, teniendo Ucrania uno de los mercados de tráfico ilegal de armas más grandes de Europa.
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Por Jordan Cohen1
A fines de mayo, los medios de comunicación nacionales han comenzado a informar que las milicias ucranianas utilizaron vehículos blindados fabricados en Estados Unidos (aunque no confirmados por el gobierno de Estados Unidos) en un ataque sobre la frontera rusa y que los servicios de seguridad ucraniana realizaron un ataque con aviones no tripulados contra el Kremlin a principios de este mes. Es importante señalar que, a pesar del apoyo de Washington a Ucrania, Estados Unidos no participó en ninguno de los ataques. Esta escalada reciente –con los sistemas de armas de Estados Unidos en un caso– es decepcionante pero no sorprendente.
Desde el comienzo del conflicto, he escrito ocho editoriales diferentes sobre las armas sueltas en Ucrania. Esta dispersión de armas ocurre por varias razones. Primero, hay una historia de dispersión de armas en Ucrania. Según el Índice Mundial de Delincuencia Organizada de 2021, Ucrania tiene uno de los mercados de tráfico ilegal de armas más grandes de Europa, especialmente cuando se trata de armas pequeñas y municiones. Cerca de 300.000 armas pequeñas y ligeras fueron reportadas como perdidas o robadas después de que Rusia se apoderó de las tierras durante la invasión de Crimea entre 2013 y 2015. De estas, solo se recupera un poco más del 13%, mientras que la gran mayoría permanece en circulación en el mercado negro.
Todo esto ya era un problema antes del conflicto. La invasión exacerbó estos problemas ya que el país se vio inundado por una afluencia repentina de millones de armas y municiones y un número cada vez mayor de civiles recibió entrenamiento militar y armas. Como señaló la representante Sara Jacobs (D-CA) en un foro de políticas de Cato de 2022 sobre el riesgo de tráfico de armas en Ucrania, Estados Unidos no “tiene la capacidad de hacer el monitoreo de uso final que se hacía antes” porque monitorear cambia cuando comienzas a “armar una insurgencia”.
Este tipo de dispersión de armas no sorprende, ni sus efectos. Las armas sueltas de Estados Unidos amenazan con enredar a Estados Unidos en un conflicto con otra potencia nuclear al aumentar involuntariamente la escalada contra Rusia, al tiempo que corren riesgo de una mayor desestabilización dentro de Ucrania si estalla un desacuerdo entre diferentes grupos armados o en cualquier situación posterior al conflicto.
El mundo ha visto cómo la dispersión de armas de Estados Unidos ha causado daños similares dos veces en los últimos dos años. Primero, en Afganistán, donde los talibanes han utilizado las armas estadounidenses dejadas atrás para armarse y generar ganancias. En segundo lugar, en Yemen, cuando las ventas de armas de Estados Unidos a Arabia Saudita convirtieron a Estados Unidos en un participante involuntario del conflicto.
No obstante, si bien el daño causado en Afganistán y Yemen es severo, palidece en comparación con lo que podría suceder en Ucrania. La dispersión en Ucrania corre el riesgo de una guerra de grandes potencias y la desestabilización en Europa del Este. Lamentablemente, es poco lo que Estados Unidos puede hacer ahora para evitar que esto siga ocurriendo.
1Jordan Cohen es un analista políticas públicas en el Instituto Cato. Sus intereses de investigaciones incluyen las ventas de armas, las alianzas, los asuntos de política exterior y la política de Oriente Medio.
*Este artículo fue publicado en elcato.org el 06 de junio de 2023
