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El mundo cambió y ésa es la realidad. El desastre colectivo de la salud nos volcó la vida, las prioridades son distintas y quizás los sueños también lo son.
¿Que el mundo se paralizó? Eso no es verdad. Si seguís respirando, el tiempo sigue avanzando. Simplemente, los datos en el mundo cambiaron. En Bolivia, de un año a otro, el desempleo aumentó desde el 4% a más de 9%, el endeudamiento privado de empresas familiares y hogares llegó al 71%, la tasa de mortalidad aumentó indudablemente, y así también la tasa de natalidad sigue aumentando un 2% cada año.
¿Pero qué hacemos si vivimos un tiempo difícil? Y es que el tiempo, la muerte y el miedo juegan juntos en estos momentos; es cierto que siempre los seres humanos estamos buscando “lo seguro”, un terreno firme donde podamos pisar y construir. Frente a esto surge el miedo, la incertidumbre, el no saber cómo manejar el futuro, podemos imaginarnos cómo debería ser pero no hay forma de controlarlo. Es así que “El acordarme que moriré pronto es la herramienta más importante que he encontrado para tomar grandes decisiones en mi vida. Las expectativas, el orgullo y el miedo al rechazo se deshacen ante la muerte dejando ver lo único importante. Recordar que morirás es la mejor manera de no caer en la trampa de tener algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón para no seguir tu corazón”. (Steve Jobs)
Si te das cuenta vivíamos con prisa. Corriendo y haciendo las cosas lo más rápido posible, tratando de tener todo bajo control y ganarle al tiempo. En el trabajo entrabas temprano pero salías tarde. Con prisas llegabas a casa para hacer una lista de tareas pendientes y sin contar con los compromisos familiares, además de sentir que el tiempo no era suficiente, terminabas el día cansado y sin energía. Todos vivíamos envueltos en una rutina que nos consumía sin tener el control sobre nuestro tiempo.
¡El 2020 fue una pausa, el tiempo nos dio una tregua! La rutina en nuestras vidas cambió y es totalmente normal tener miedo a lo desconocido, al cambio. Si vamos a la raíz más profunda de la cuestión, el miedo es una emoción adaptativa que nos ha permitido sobrevivir como especie. Su misión es la preservación. Por lo tanto, no hay nada negativo en su esencia.
A partir de aquí podemos asegurar entonces que el primer paso es aprender que el miedo puede ser tu peor enemigo o tu gran compañero. Eso dependerá de nosotros, debemos tener determinación y perseverancia para no dejarnos vencer frente a los obstáculos mentales.
La pregunta correcta es ¿Qué hacés con estos cambios? Emprender distinto puede ser la respuesta, muchas cosas suceden a consecuencias de nuestras buenas y malas decisiones, y esta pandemia es un reflejo de ello.
Las empresas desafían y enfrentan actualmente situaciones difíciles y es momento de reestructurar, reinventarse y empezar de cero. Y si te das cuenta muchos están iniciando y otros están como al inicio sin capital operativo, sin liquidez, tenemos que encontrar formas de abrazar el cambio, pensar distinto y abrirle la puerta a la innovación y a los avances tecnológicos. Antes una crisis global no podemos quedarnos con una visión local, es nuestra obligación empezar a emprender y olvidarnos que el gobiernos nos dará la solución a un problema mundial. Es momento de saber que somos capaces, competitivos, que podemos generar nuevos contactos y darnos la oportunidad de surgir con nuevas ideas y creer en nuestras propias capacidades y habilidades para perseguir nuestros sueños.
Y es que el corazón no entra en cuarentena. Continúa amando incluso desde la distancia, y los sueños no se infectan. Así es que seguiremos creyendo en un mañana mejor.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo