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En toda la historia de Bolivia los caudillos han afirmado que “hay que bajar a las bases para consultarles qué hacer”; en realidad “bajan” a verlas para que éstas repitan en coro lo que ya instruyó el jefe, el caudillo o el dueño del aparato; así es la democracia sindical y de los movimientos sociales. En el supuesto Congreso del MAS en Lauca Ñ, Moraless bajó a ver a las masas, esta vez sólo cocaleras, para atender su ruego clamoroso de que salve a Bolivia y que para ello sea candidato a Presidente. El aludido tuvo que aceptar muy rápido, a la velocidad del rayo, pues decía que el calor no los dejaba debatir, cuando en realidad temían una decisión negativa del poder judicial sobre su congreso. Adicionalmente decidió, decidieron “autoexpulsar” al traidor.
¿Cuál fue la escenografía? Matones controlando las entradas al congreso y guardia paramilitar cocalera para evitar que algunos intrusos se cuelen. ¿Quiénes fueron los asistentes? Fundamentalmente cocaleros, quizás unos 5.000, más exministros y viceministros de Moraless; pero no se visibilizaba la masa del Pacto de Unidad ni los adheridos de la COB. El teatro, un lugar provincial, ubicado en el que fue el centro de la política durante 14 años, el Chapare; allí la coca que se produce se va en un 95% para elaborar pasta base o, siguiendo los consejos de la industrialización, también clorhidrato de cocaína. Conclusión, un congreso, ¿legal o ilegal? de algunos militantes y dirigentes del MAS sin las masas que antes los acompañaban, encerrados en su reducto cocalero, respondiendo a la enfermedad de poder de Moraless que creía que era la mejor jugada adelantarse y ser ratificado como jefe del MAS y candidato a la presidencia.
Por otro lado, también las masas, las bases del Pacto de Unidad “decidieron” hacer un cabildo, no para nombrar candidato presidencial ni jefe del MAS al presidente Luis Arce; su estrategia es otra: por un lado, mostrar que el “Instrumento” IPSP, existe; visibilizar que éste fue olvidado por Moraless, que quedó encerrado con sus dirigentes partidarios, su grupo de choque de cocaleros y sus allegados obsecuentes. En este caso, el e cabildo fue supuestamente organizado de manera genuina por el Pacto de Unidad, base del “Instrumento”, con la colaboración “desinteresada” de la COB. Ellos “invitaron” a Arce y Choquehuanca a que asistan a ese evento y plantearon que el “Instrumento” es del pueblo y para el pueblo.
La escenografía, Arce y Choquehuanca sentados al lado de dirigentes de la CSUTCB, de las Bartolinas, de los interculturales y el añadido de la COB. En la testera no estaban los ministros, viceministros, diputados ni senadores del ala arcista. En resumen, se quería mostrar que lo organizaron los que fueron olvidados por Moraless. Bien sabemos que el principal organizador fue el Gobierno, éste decidió cómo se haría el cabildo y cuáles serían sus conclusiones. Teatro: la Ceja del Alto, lugar emblemático de luchas sociales de los últimos años y escenario que llevó al 17 de octubre de 2023. Según Google Earth, asistieron 105.000 personas, es decir, unas 100.000 más que en Lauca Ñ. Pero claro, Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la COB, dijo que había dos millones en la Ceja y un millón en los buses bloqueados en la carretera; es un dirigente experto en cuentas, en especial de ésas que recibe por apoyar a alguien.
La oposición feliz de que no hubieran sido dos millones sino solo un poco más de 100.000. ¿La oposición podrá llevar 100.000 personas para una proclamación de candidatos? Quizás pueda hacerlo en Santa Cruz, para algún cabildo, pero no para actos partidarios. Antes, Moraless congregaba esa cantidad de gente porque era dueño del presupuesto público, ahora lo es Arce. Eso explica el número de acarreados que estuvieron en la Ceja.
Decisiones del cabildo: mostrar una línea política que era la que el MAS tenía en el pasado, con ideas como descolonización, despatriarcalización, anticapitalismo, antiimperialismo, apoyo a Palestina, defensa de la hoja de coca y de la madre tierra. Cosas que no tuvieron volumen en Lauca Ñ. Pero, más importante, desconocer las decisiones de ese congreso y dar el mandato de organizar otro, que defina de manera ya definitiva quién debe ser jefe y candidato. El cabildo exigió también a la justicia –esto no es poca cosa, sabiendo quien la maneja– que se manifieste sobre la legalidad del congreso de Lauca Ñ.
A Moraless no lo expulsaron, sólo le dijeron que era traidor y cobarde, también fascista porque no dejó que los buses de Santa Cruz llegaran a la Ceja del Alto. Quiere decir que el “invitado”, como le dicen los evistas a Arce, hizo un cabildo con decisiones a la carta; el Presidente está en la pelea por la jefatura del IPSP y del MAS y en la pugna por la candidatura a la presidencia en 2025. Tiene un aliado fuerte, el manejo del presupuesto público y la cooptación clientelar y prebendal de las bases del MAS.
Resumiendo, nos esperan meses de lucha entre dos “traidores” (así llamados en Lauca Ñ y en el cabildo), en los cuales veremos un enfrentamiento abierto: cada quien acusará al otro de ser más corrupto y más narcotraficante que el otro, aparecerán la fotos del Jefazo con la novia adolescente de Moraless, lucharán por saber quién fue más corrupto, si Lucho apoyando al Fondo de Desarrollo Indígena o el Jefazo protegiendo a la Zapata; sobre el litio cada uno mostrará al otro como el gran corrupto; hay una centena de temas en los cuales pueden echarse lodo. Resta una época de lucha libre llena de agravios y de adjetivos.
Sin embargo, en política, todo se olvida, ambos líderes pueden transar para protegerse mutuamente y sacar adelante al MAS. Pero jamás podrán ser portadores de valores y de ética. Por de pronto, la oposición mira de palco estos sucesos.