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Nacionalismo gringo

Ian Vásquez indica que la última vez que Trump subió los impuestos a las importaciones, el costo lo pagó el consumidor estadounidense en precios mayores.

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Por Ian Vásquez1

El movimiento conservador estadounidense se ha transformado completamente bajo el liderazgo del presidente Donald Trump. El conservadurismo tradicional personificado por Ronald Reagan y su énfasis en la apertura económica y el gobierno limitado ha sido reemplazado con una visión opuesta.

Se trata del nacionalismo conservador. Así se identifican los seguidores de Trump, y el Partido Republicano ahora sigue esa ideología, fenómeno que empezó con el primer gobierno del actual presidente.

No solo se caracteriza por el proteccionismo, la hostilidad hacia lo ajeno, el desprecio al mercado libre o la celebración de los sindicatos, por ejemplo. Ahora también incluye la ampliación territorial. Por eso Trump dice que va a tomar el canal de PanamáGazaGroenlandia y Canadá, que desea convertir en el estado 51.

Desde que reveló algunas de esas ambiciones, Trump ha firmado un decreto para crear un fondo soberano de inversión y dijo este fin de semana que aplicará nuevos aranceles al resto del mundo. Veamos esos últimos ejemplos de nacionalismo económico.

La idea de un fondo de inversión que sea propiedad del gobierno y gestionado por él no es nuevo. Algunos países ya tienen algo similar. Los países árabes del golfo pérsico y Noruega son ejemplos de esto.

Típicamente, los países tienen fondos soberanos de inversión porque gozan de recursos que les sobran. Ingresos enormes de petróleo o gas, por ejemplo, se invierten en tales fondos. Pero Estados Unidos no está en esa situación. Tiene una deuda enorme y déficits fiscales perennes.

¿De dónde va a sacar la plata el gobierno de Estados Unidos para crear tal fondo? La tendría que tomar del sector privado para entonces sea manejada por el gobierno. Pero el mercado de capitales ya es muy eficiente y no hay por qué pensar que el gobierno produciría un mejor rendimiento.

Lo más probable es que se reduciría la riqueza y se politizarían las inversiones. El diario Wall Street Journal, de hecho, advierte que un fondo soberano “financiará despilfarros políticos y se entrometerá en las decisiones de las empresas privadas”.

Ya el presidente Trump ha sugerido que el gobierno federal sea dueño de TikTok y que un fondo soberano se use para tal propósito. Un fondo soberano también se podría usar para promover agendas políticas o culturales en las empresas en las que el gobierno tiene acciones.

Nada de eso es consistente con una sociedad libre. Ni siquiera es viable porque no existen los fondos para financiarlo. Pero Trump dice que se financiaría, entre otras cosas, con los aranceles que impondrá al resto del mundo. No le parece importar que tales aranceles generarán muy pocos recursos como para cerrar el déficit fiscal.

¿Y cuáles son las últimas propuestas proteccionistas de Trump? El presidente dice que impondrá aranceles de 25% sobre las importaciones de acero y aluminio. Dice además que impondrá un sistema arancelario recíproco.

La última vez que Trump subió los impuestos a las importaciones, el costo lo pagó el consumidor estadounidense en precios mayores. Los impuestos a China se calcula que le costaron más de US$800 a cada familia estadounidense. Además, observa el experto Clark Packard, la represalia comercial por parte de China golpeó a la agricultura estadounidense y derivó en que el gobierno federal gastara US$30.000 millones en rescatar al sector.

¿Tienen sentido los aranceles recíprocos? No, porque el proteccionismo siempre impone costos al país que se cierra. Pero el experto comercial Scott Lincicome dice que Estados Unidos no tiene los aranceles más bajos dentro del mundo avanzado, se encuentra en el promedio. ¿Esto quiere decir que Estados Unidos reducirá los aranceles a las importaciones de los países que mantienen un proteccionismo más bajo?

Es dudoso que ocurra eso. Así no funciona el nacionalismo.


1es Vicepresidente de Estudios Internacionales y Director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute y coautor del Human Freedom Index. Vásquez es columnista semanal de El Comercio (Perú).

*Artículo publicado en elcato.org el 12 de febrero de 2025

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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