Narcoavasalladores
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La protección al narcotráfico en Bolivia no es otorgada solamente por políticos, policías y militares corruptos, como señaló el reportaje de un diario brasileño al que el gobierno quiere enjuiciar. La actuación de un grupo armado en la provincia Guarayos ha puesto al descubierto que también tiene protección de sectores sociales ligados al masismo que al parecer organizaron sus milicias.
Por eso la lentitud de las instancias del Estado tanto en el avasallamiento armado en Las Londras como en el secuestro y torturas a 17 personas en esa propiedad. Ministerio de Gobierno, Ministerio Público, Policía y el INRA dieron el tiempo que requerían los encapuchados armados para convertirse en inocentes campesinos e internarse en el monte.
El editorial de Página Siete de este sábado contrasta bien la lentitud estatal en Las Londras con la envidiable rapidez para acusar y detener a miembros de la Resistencia Juvenil Cochala, si de grupos irregulares se quiere hablar. La parsimonia fue confesada por tibias declaraciones del Ministro de Gobierno y del Comandante de la Policía.
Desde la propia institución policial, los indígenas de Guarayos y los interculturales del norte integrado de Santa Cruz se señala al narcotráfico como responsable oculto de la toma de tierras y del secuestro del 28 de octubre. El narco está convirtiendo a esa región en la ruta del trasiego de drogas hacia el Beni, en primera instancia, y al Brasil, como meta final, para que luego sean llevadas a mercados europeos.
Hace 10 días un camión con casi cuatro toneladas de precursores químicos, sólidos y líquidos, fue retenido en la ruta entre Cuatro Cañadas y Pailón, en el norte cruceño, por dos patrullas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico pero su ahora exdirector ordenó que sea liberado, instrucción que no fue cumplida por un capitán que se tomó en serio la lucha antidrogas en Bolivia.
Las patrullas de la fuerza antinarcóticos retornaban de Guarayos, adonde llegaron el 19 de octubre para verificar una denuncia sobre el funcionamiento de un laboratorio de cristalización de cocaína en el lugar. Los policías no hallaron la factoría pero si retuvieron al camión repleto de precursores que son utilizados en los nacolaboratorios para transformar la pasta base en cocaína de alto poder adictivo.
Los avasalladores que hirieron de bala a cuatro trabajadores de Las Londras antes del secuestro de periodistas, policías e integrantes del predio ocupado ilegalmente son, por denuncias coincidentes desde diversos sectores, los que otorgan protección armada a la actividad ilícita del narcotráfico apoyada por el silencio y la inacción del Estado.
La denuncia del avasallamiento en Las Londras, por información del Director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Santa Cruz, fue presentada el 23 de octubre y el secuestro ocurrió cinco días después. En más de una semana no hubo detenidos, menos imputados, sometidos a medidas cautelares y enviados a la cárcel, como mandan las leyes del país.
Este lunes, el polémico Director Departamental del INRA, Adalberto Rojas, negó conocer a la persona que apareció junto a él cuando fue recibido en Ascensión de Guarayos, al día siguiente del secuestro en Las Londras. Poco después, el fiscal Robert Ruiz informó sin mucho convencimiento que los dos avasalladores identificados serían exreclusos de la cárcel de Palmasola.
Para cerrar el círculo de protección, pobladores de San Julián iniciaron un bloqueo en la carretera que une a Santa Cruz con el Beni, una medida que afecta a miles, pero que parece buscar impunidad para los avasalladores buscados por las fuerzas del orden con el justificativo de que es un bloqueo para que las tierras avasalladas de Las Londras sean distribuidas a los interculturales.
¿Qué puede ocurrir de aquí en adelante con el panorama descrito y la impunidad asegurada? Desde la perspectiva de los organizadores de grupos armados, una pausa temporal en las tomas de tierras a punta de balazos y machetazos mientras disminuye el interés de la opinión pública, a través de los medios de comunicación, y el tema salga de la agenda pública.
Que habiendo aprendido la lección de la “torpeza” cometida en Las Londras, la actuación de grupos irregulares que ofrecen protección armada al narcotráfico sea menos visible pero más efectiva porque si algo claro queda de lo ocurrido con el avasallamiento y el secuestro de los últimos días es que en el país ahora existen narcoavasalladores.