Escucha la noticia
Esta semana, la EPE (Empresa de Pesquisa Energética), que realiza planificación energética en Brasil y que sirve como referencia para pronosticar oferta y demanda y las inversiones en energia que deben realizarse en el vecino país, publicó diversos proyectos de infraestructura como parte del Plan Nacional Integrado de Infraestructura de Gas Natural y Biometano.
Entre ellos destaca, que para llevar gas natural de Argentina a Brasil, recomienda la construcción e interconexión directa a través de Uruguayana, señalando textualmente que el proyecto: “aumenta la seguridad del abastecimiento (security of supply) de gas natural en Brasil al diversificar las fuentes de suministro de gas natural en Brasil y al presentarse como una alternativa a las importaciones bolivianas, dadas las incertidumbres sobre la capacidad de Bolivia para exportar gas natural a Brasil en el horizonte de diez años”.
Estimado lector, como usted podrá interpretar, no se recomienda el realizar el tránsito de gas por Bolivia, que tiene una enorme de capacidad ociosa, desde Yacuiba en frontera con Argentina, hasta Mutún en frontera con Brasil. Las implicancias para Bolivia de esta recomendación, aduciendo seguridad de suministro, no son menores, sobre todo considerando la encrucijada energética, económica, social y política en la que nos encontramos.
En un contexto de declinante producción nacional y proximidad de la necesidad de importar de gas natural a partir del 2028, es que el tránsito de gas por Bolivia no se reduce a cobrar una tarifa y generar ingresos, sino a la seguridad de suministro de Bolivia. Así es, necesitamos gas natural para abastecer termoeléctricas, industrias, comercios, domicilios, vehículos a gas y proyectos como el Mutún y la planta de urea en el largo plazo. Repito, estamos a dos o tres años de comenzar a importar gas natural. Estamos en emergencia para el abastecimiento de líquidos y ya estamos en emergencia para el abastecimiento de gas natural.
Con una visión miope, sin una estrategia de seguridad de suministro y a la cabeza de una empresa manejada por políticos, se ha optado en primer lugar por maximizar las tarifas de tránsito de gas, sin una justificación estratégica ni una metodología tarifaria acorde. La intención de la tarifa establecida fue recaudar lo máximo en recursos en el corto plazo para comprar diésel y gasolina. Incluso, los comentarios de la industria es que se pidieron dineros adelantados por el tránsito de gas para paliar la situación de escases de dólares que aqueja a YPFB y el BCB.
En la visión siempre exitista de YPFB (pero siempre fracasada como nos demuestra la realidad), el tránsito de gas natural es un “hito, una nueva línea de negocios y anuncia exportaciones en firme desde octubre de 2025 a abril de 2026”. La realidad es que Argentina no tiene capacidad de oferta en firme todo el año, solo se hará hasta abril, por lo tanto, el transito de gas no es en firme (24/7) como señalan los ilustrados señores de YPFB.
Vaca Muerta en Argentina, tiene mucho gas, pero su sistema de transporte al norte no está preparado para hacer envíos de gas a través de Bolivia a Brasil con contratos en firme (repito 24/7) y de largo plazo. Para lograrlo, se necesita hacer dantescas inversiones en infraestructura de gasoductos y estaciones de compresión en el norte argentino.
Como hemos anotado, no solo debemos lograr una tarifa adecuada en Bolivia para que el gas llegue a Brasil competitivamente, sino también debemos ser capaces de incentivar que la infraestructura se amplie en el lado argentino para que también se abastezca el mercado boliviano a como dé lugar. Seguridad de suministro repito.
El próximo gobierno tiene la oportunidad y el desafío de lograr que las inversiones no se realicen por otro lado, en este caso Uruguayana. Por lo tanto, una tarifa competitiva, por ejemplo, cobrar solo el OPEX (Gastos de Operación) para el tránsito de gas conjuntamente con almacenamiento subterráneo, podría logar el objetivo que incentive a que se expanda la infraestructura en Argentina.
Más aún, no solo debemos tener una tarifa competitiva de tránsito, sino también generar una Ley de la Republica y/o un acuerdo trinacional que garantice que el gas en tránsito no se toca. Es que lo que quieren las empresas en Brasil, es seguridad de abastecimiento de largo plazo para contratos en firme y en Argentina necesitan contratos de transporte para expandir sus gasoductos hasta la frontera con Bolivia. “It is Security of Supply Stupid”.
Todo esto debe gestionarse, mientras en Bolivia se logran hacer los cambios normativos exploratorios para que después se pueda lograr que las empresas inviertan y luego cruzar los dedos de los pies y las manos para que la geología sea favorable. Posiblemente así se logre nuevas reservas y producción de gas, que es tarea de por lo menos media década.