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El dinero por supuesto que es importante (no decimos lo contrario) pero no es lo único importante. No se deben confundir los términos o conceptos como excusa de manipulación y tampoco se debe perder el sentido común. Los extremos son malos. No confundamos, la ambición saludable (enfocado en el deseo de mejorar, de mejoramiento continuo) con la codicia (ambición tóxica).
Se requiere de leyes comerciales y económicas que gestionen la ambición y la inversión productiva, regulada con reglas claras, no abusivas ni prebendarias, con Derecho de competencia, lucha auténtica (no falsa) contra la informalidad delincuencial, la competencia desleal, la corrupción, contrabando, etc., en búsqueda de mejoramiento continuo y de optimización, maximizando la rentabilidad, cobrando impuestos adecuadamente (sin transformarlos en infiernos fiscales) y dejar que todos crezcan.
La codicia, por otro lado, es ese afán desmedido, insaciable y enfermizo de ganancia material, vanidad social y poder (es esa ambición extrema y adictiva), que conlleva a que no se valore la vida, pierda auténtico significado el hecho de estar vivo, tampoco es agradecido y, exagera, instaurando la creencia del debe “ganarse la vida”, como el pretexto perfecto, para vivir acelerado, deprimido, agobiado, al extremo, que aun teniendo o logrando mucho, sigue llevando una vida fastidiada, estresada, ansiosa, siempre disconforme, agria y molesta aunque en apariencia, sonría.
Muchos viven angustiados, apeteciéndolo en demasía porque posibilita tener determinadas comodidades; sin embargo, sin equilibrio y por falta de dominio propio, pierden el sentido común y mantienen un bajo nivel de consciencia durante el transcurso de esta corta vida, pues resulta que sus pensamientos y sus emociones, a diario, los está internamente torturando, estrangulando y enfermando. Es decir, se está envenenando desde adentro, por ende, la vida de adentro, de cada persona, al estar contaminada a diario, vive enferma.
¿Cómo la gente puede hablar de alcanzar “Bienestar” con dinero, si vive enferma desde adentro? Se envenena por dentro, a causa, del bajo nivel de consciencia (esto se demuestra, claramente, por ejemplo, cuando vemos, como el ser humano es capaz de atormentarse por dinero, de torturar a otros y torturarse a sí mismo por dinero, como es capaz de matar a otra persona y a los demás seres vivos -flora, fauna, quemas, tala indiscriminada, deforestaciones, etc.- por dinero, de suicidarse por dinero, estropea, mata o se mata por pasiones, etc.), todo ello, debido a sus pensamientos y emociones totalmente descontrolados.
No desea conocerse a sí mismo, goza de talentos, pero no los desarrolla porque él y su entorno, los impulsa a hacer cualquier otra cosa por dinero, algo que esté de moda y dé más dinero, despreciando y desechando sus propios dones y talentos, siempre cortoplacista, no con un plan a largo plazo. Nunca disfruta, consciente y verdaderamente el proceso de estar vivo.