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¿Qué pasa con el fútbol boliviano?, ¿Qué pasa con los técnicos?, ¿Qué pasa con los jugadores?, ¿Quién tiene la culpa y cuál es la solución?.
Preguntas sin respuestas, sigue pasando el tiempo y nadie hace nada, Bolivia está atravesando una crisis futbolística, no dejemos que esto se extienda, Fernando Costa (Presidente de la Fbf) menciona: “Es de público conocimiento que nuestro fútbol está atravesando por una profunda crisis, pero crisis también significa oportunidad, oportunidad para reconocer en lo que hemos fallado, proyectar nuevos horizontes y empezar a trabajar arduamente en eso. Soy un convencido de que para salir de este mal momento debemos contar con la participación de todos, no solo de los dirigentes y los que amamos el fútbol, sino también la participación del Estado y el Estado, a través de los municipios, van a tener un rol principal en la activación de las escuelas, dichas escuelas que a mediano plazo nos darán a nuestros próximos seleccionados”
¿Esto significa que se vienen cambios a raíz de este “mal momento”? El futuro de nuestro deporte favorito está en la nueva camada de jugadores, FBF (Federación Boliviana de Fútbol) por favor tomar cartas en el asunto que nuestro destino está en sus manos y en los pies de los juveniles, no dejemos que el deporte en Bolivia se venga abajo, hay talento sólo hace falta explotarlo.
Como todos sabemos… en el fútbol no hay promesas, hay resultados, ¿Qué de bueno podemos sacar de las eliminatorias a este punto? Hacer que los jóvenes promesa se muestren y salgan del país.
Una entre las muchas preguntas: “¿Es rentable que siga el técnico al mando Cesar Farías?”, varios ex jugadores y comentaristas mencionan: “en Farías no pudieron encontrar un sistema de juego definido” y muy aparte el tema de sueldo dado que nuestras posibilidades de clasificar al mundial son casi imposibles.
Pero hay que ser reales, la culpa no es ni de Farías ni de la dirigencia, a él le llegan directamente de los clubes con ese nivel, el Dt. no los tiene todo el año y cuando los tiene les cuesta adecuarse al principio, ya sea por altura o ritmo, entonces, ¿Quién tiene la culpa?
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
