¡Qué tropezones!
Escucha la noticia
El gobierno del MAS, que está detrás de los procesos judiciales emblemáticos del país, se quedó con las ganas de exhibir a Jeanine Áñez Chávez y Antonio Parada Vaca como trofeos políticos en el corto plazo y, con ello, tratar de reposicionarse en un momento crítico para el masismo por las divisiones internas y el asedio de la DEA a sus jerarcas cocaleros.
En un solo día, el jueves 10 de febrero, el Tribunal de Sentencia Anticorrupción de La Paz dio marcha atrás y pospuso sin fecha el inicio de un juicio ordinario a la expresidenta del Estado y se supo que el principal sospechoso del caso de los ítems fantasmas en la Alcaldía cruceña fue beneficiado con refugio temporal en Brasil.
En el caso de la exmandataria, el objetivo político del masismo es procesarla y condenarla lo antes posible para reinstalar la narrativa de que en noviembre de 2019 se consumó un golpe de Estado urdido y ejecutado por partidos de oposición, organismos internacionales, Iglesia Católica, plataformas ciudadanas y embajadores extranjeros.
Por eso, el caso “golpe de Estado 2”, denunciado por el Presidente del Senado, batió un récord de agilidad en el Ministerio Público y llegó a puertas del juicio ordinario en cuatro meses con la exjefa de Estado y ocho excomandantes militares y policiales acusados de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes.
El caso original, el del supuesto “golpe de Estado”, que contempla supuestos delitos de conspiración, sedición y terrorismo, empezó hace casi un año y los fiscales siguen haciendo alquimia judicial para que sea medianamente presentable ante un tribunal.
La marcha del masismo de noviembre del año pasado, encabezada por su caudillo, impuso una tarea concreta: acelerar los castigos judiciales a los denominados “golpistas”. El efecto político, más allá de la reinstalación del relato fantasioso del golpe de estado, era poner a Evo Morales en carrera electoral.
En cuanto a Parada Vaca, la enorme expectativa que se creó en el país por la pronta extradición de la pieza clave de la organización corrupta que actuó por años en la Alcaldía de Santa Cruz mediante la creación de ítems fantasmas y otras actividades delictivas, se convirtió en una gran decepción.
El abogado Thiago Bana explicó que su cliente ingresó a Brasil legalmente el 22 de diciembre, ya que el pedido de captura internacional recién llegó al vecino país seis días después, el 28 de diciembre. En ese tiempo Parada Vaca tramitó su refugio temporal que en su caso está vigente hasta el 23 de diciembre de este año.
Las consecuencias, según el abogado brasileño, son dos: no se puede extraditar a Parada Vaca a Bolivia mientras dure el refugio temporal y debe abandonar la cárcel de Campo Grande en los próximos días porque no ha cometido ningún delito en Brasil .
La Fiscalía General y la departamental, la Dirección de Migración de Santa Cruz y la representación diplomática boliviana en Brasil quedaron al centro de las críticas y de las sospechas. Nadie en esas entidades se percató que Parada Vaca tramitaba un refugio nada más y nada menos que por “persecución política” cuando Bolivia lo reclama por gravísimos actos de corrupción.
Seguramente el Gobierno tratará de minimizar la suspensión del inicio del juicio ordinario a la expresidenta diciendo que es cuestión de subsanar las fallas procedimentales y ensayará alguna acusación discursiva a la derecha boliviana y brasileña de ser cómplices de Parada Vaca en la obtención de un estatus legal que lo blinda de una inmediata extradición al país.
La estrategia más importante del oficialismo, cargada de saña, arbitrariedades y hasta de machismo, para rehabilitar a Morales, tuvo un tropiezo inesperado que traerá costos políticos para la imagen del Gobierno que en marzo tendrá encarcelada un año a una expresidenta, que es procesada violando lo que señala la Constitución para juicios a mandatarios y que, ante ese conjunto de injusticias, se vio obligada a declararse en huelga de hambre.
La otra estrategia, la de imponer la etiqueta de corrupción a las instituciones de Santa Cruz, región abiertamente opositora al gobierno de Luis Arce y el masismo, también sufrió un duro traspié porque lo muestra como ineficiente y falto de reflejos en temas de absoluta prioridad política. ¿Se resolverán estos serios tropezones con un cambio de ministros en el gabinete? El pronóstico es reservado.