Quitan afiches de Fidel y el Che de bodegas cubanas para que no se asocien con la escasez
En momentos de escasez de alimentos básicos como frijoles, pollo y arroz, la exhibición de rostros de líderes del Partido Comunista (PCC), guerrilleros o combatientes caídos en los mercados racionados, se ha vuelto un dilema para el régimen de Miguel Díaz-Canel
Escucha la noticia
Por Gabriela Moreno1
Las carnicerías, verdulerías y bodegas cubanas retiran con discreción los retratos de Fidel Castro, su hermano Raúl y Ernesto ‘Che’ Guevara. Las postales de la trilogía de “revolucionarios” con sus boinas y su aspecto siempre descuidado, comenzaron a desaparecer de los mostradores, cajas y entradas a los establecimientos por orden del ministerio de Comercio Interior.
“Nos mandaron a quitar las fotos”, confesó el empleado de una bodega en Nuevo Vedado, La Habana a 14yMedio. “Llamaron del Ministerio de Comercio Interior. No podemos tener nada de mártires ni líderes”. La instrucción es dejar sólo la pizarra con los menguados productos del racionamiento disponibles.
En momentos de escasez de alimentos básicos como frijoles, pollo y arroz, la exhibición de rostros de líderes del Partido Comunista (PCC), guerrilleros o combatientes caídos en los mercados racionados, se ha vuelto un dilema para el régimen de Miguel Díaz-Canel
Con estrategia oculta
Ahora, la cúpula comunista ejecuta la reservada directriz que intenta desvincular a sus dirigentes políticos históricos del desabastecimiento que reina en las bodegas cubanas. “Nos dijeron en una reunión, que la contrarrevolución estaba usando las fotos que tiraban del interior de las bodegas para crear malestar popular y asociar a los líderes del proceso con el desabastecimiento”, reveló la trabajadora de una bodega de La Habana Vieja al medio independiente.
En ese sentido, reconoce que “parece que no quieren que la gente siga publicando en las redes sociales las fotos de las bodegas y las carnicerías sin comida pero llenas de propaganda”.
Es una estrategia más ante la profunda crisis alimentaria que enfrenta el país. La escasez de pan ya es oficial y la de leche en polvo también. El régimen solicitó ayuda hace un mes al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, para mantener la distribución de leche subsidiada a los niños menores de siete años.
Aunque el Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) lo atribuye a “situaciones específicas” con los “embarques planificados” desde países aliados, como Rusia, detrás hay un problema cíclico en un país que gasta 2.000 millones de dólares al año en la importación del 80 % de los víveres que consume.
Las sedes del Partido Comunista en la isla reciben los reclamos del desabastecimiento. Beatriz Jhonson, secretaria del comité político de Santiago de Cuba, admite un “desbalance” con la distribución de los alimentos luego de una nueva ola de protestas.
#SantiagoDeCuba pic.twitter.com/3MDonv8k1G
— Beatriz Johnson Urrutia (@BeatrizJUrrutia) March 18, 2024
Ideología por consumo
La dictadura cubana proscribe el tributo histórico a sus líderes icónicos en las bodegas como lo hace el chavismo desde dos años con sus figuras emblemáticas. La silueta de los ojos del dictador Hugo Chávez, que solía vigilar al país desde los techos de las oficinas gubernamentales, complejos residenciales y calles populares desapareció. Ahora, abundan en su lugar afiches de maquillaje, vestuario o bebidas refrescantes.
Ocultando a su máximo exponente, el chavismo muta y desplaza a otros grupos de poder que son más promercado con alianzas lejos de los reflectores y de los medios que evidencian su traspaso a un régimen que toma medidas asistenciales y clientelares con medidas económicas favorables al capital.
Nicolás Maduro lo auspicia. Desde Miraflores, la orden ha sido también eliminar los eslóganes con alguna versión del mensaje “socialismo o muerte” e incluso, los murales de Fidel Castro y Simón Bolívar.
En el caso del chavismo, todo forma parte de un afán por sustituir la ideología por consumo. De esa manera, avanzan desde 2022 hacia la implementación del capitalismo a modo despótico. Además, sin ya ningún tabú sobre el dólar, la divisa norteamericana inunda el mercado mientras las empresas privadas —antes enemigas de la revolución— venden lujos como ron de diseñador y carros importados.
Sin embargo, repetir la medida le resulta más complejo a la administración de Díaz-Canel. Los cubanos salieron nuevamente a las calles de forma masiva hartos del hambre y la penumbra. Con el hastío en efervescencia, sacar a Fidel de las paredes será insuficiente.