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El mundo de las inversiones puede ser extenuante muchas veces, pues las decisiones pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso financiero, pero lo que se requiere para reducir los riesgos que aquello implica es contar con un asesor financiero o un gestor de inversiones que se constituye un activo invaluable para los High Net Worth Individuals (HNWI). Sin embargo, identificar al socio adecuado para alcanzar sus objetivos no es una tarea sencilla. Aquí presentamos algunas claves para reconocer a un buen gestor de inversiones con el objetivo de reducir riesgos y maximizar el potencial de su patrimonio.
Asesoramiento profesional y personalizado
El primer paso hacia una inversión exitosa radica en recibir asesoramiento profesional y personalizado. Cada inversor es único, con circunstancias personales y metas financieras específicas. Un buen gestor comprende estas singularidades y diseña estrategias adaptadas a las necesidades individuales de cada cliente.
Esto muchas veces requiere de una ardua tarea para saber, para empezar, qué tan ordenado está el patrimonio en relación a los objetivos que se quiere alcanzar. No sería extraño que antes de tomar cualquier decisión de inversión, haya que señalar riesgos que el cliente no sabía que estaba corriendo previamente.
Adaptabilidad y flexibilidad
La elección de un gestor de inversiones no es una cuestión universal. No todos los inversores requieren el mismo enfoque. Desde los más conservadores hasta los más arriesgados, cada perfil de inversor demanda un tipo de gestión particular. Un buen gestor es aquel capaz de ajustar sus estrategias según el perfil del inversor y las condiciones del mercado, asegurando así la máxima eficacia en la gestión de la cartera. Mientras que algunos pueden priorizar la preservación del capital y la estabilidad, otros pueden estar dispuestos a asumir mayores riesgos en busca de mayores rendimientos.
Todo esto requiere tener la capacidad de adaptar sus estrategias para satisfacer las expectativas y tolerancias al riesgo de cada cliente, garantizando así una gestión óptima de la cartera en cualquier entorno de mercado.
Especialización y experiencia
La especialización es un factor determinante al seleccionar un gestor de inversiones. Es fundamental buscar profesionales con un profundo conocimiento y experiencia en el área específica de inversión que se desea explorar, ya sea acciones, bonos, bienes raíces u otras clases de activos. La trayectoria y los logros del equipo gestor ofrecen una perspectiva valiosa sobre su habilidad para identificar oportunidades, mitigar riesgos y alcanzar resultados consistentes a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, una de las cosas que me gusta preguntar es comó le fue a determinado gestor ante la explosión de la burbuja inmobiliaria estadounidense o la española entre 2007 y 2008, durante la Gran Recesión, la crisisi del euro entre 2011 y 2012, y hasta justo antes del Covid-19.
Métricas cuantitativas
También es importante tomar en cuenta que, a la hora de evaluar la eficacia de un gestor de inversiones, es esencial ir más allá de las impresiones superficiales y adentrarse en métricas cuantitativas que proporcionen una visión más detallada de su desempeño.
El Calmar ratio, por ejemplo, destaca la relación entre el rendimiento obtenido y el riesgo asumido durante periodos de pérdida, ofreciendo así una medida de la eficiencia del gestor en la preservación del capital.
El Sharpe ratio, por otro lado, evalúa el rendimiento ajustado al riesgo de una cartera en comparación con un activo libre de riesgo, permitiendo determinar si el gestor está generando rendimientos adecuados en función del nivel de riesgo asumido.
La ratio de información mide la capacidad del gestor para superar un benchmark de referencia, brindando una evaluación de su habilidad para generar valor adicional más allá del mercado.
Además, el drawdown máximo (la mayor pérdida experimentada por una inversión o cartera de inversiones desde un pico hasta el siguiente valle) revela la máxima pérdida experimentada por la cartera en un determinado periodo, ofreciendo una perspectiva sobre la capacidad del gestor para gestionar la volatilidad y proteger el capital del inversor durante periodos adversos del mercado.
Estas métricas, al proporcionar una visión objetiva y cuantificable del desempeño del gestor, son herramientas fundamentales que ayudan a los inversores a tomar decisiones informadas y a seleccionar al gestor más adecuado para gestionar su cartera de inversiones y alcanzar sus objetivos.
Compromiso y transparencia
“Skin in the Game” es un libro escrito por Nassim N. Taleb en 2018, que explora la importancia de tener una participación personal o un interés personal en las decisiones que se toman. Taleb argumenta que aquellos que se juegan la piel en sus sugerencias y recomendaciones están más motivados para actuar de manera responsable y tomar decisiones prudentes.
Cuando un gestor tiene un compromiso y “se deja la piel” en sus sugerencias y recomendaciones profesionales, está más estrechamente alineado con los intereses de sus clientes y es más probable que tome decisiones que maximicen los retornos y minimicen los riesgos.
Contacto directo y relación personalizada
Por último, pero no menos importante, tener un contacto directo con el equipo gestor enriquece la relación y brinda al inversor una sensación de seguridad y acompañamiento. La posibilidad de interactuar con el gestor, plantear inquietudes y recibir orientación personalizada fortalece la confianza y fomenta una relación duradera y fructífera.
En definitiva, elegir al gestor de inversiones adecuado es un paso crítico en el camino hacia el alcance de los objetivos financieros y de inversión. Al considerar aspectos como la adaptabilidad, la especialización, la transparencia y el compromiso del gestor, los inversores pueden asegurarse de contar con un socio confiable y competente para gestionar su patrimonio y alcanzar sus metas financieras a largo plazo.