OpiniónPolítica

Rene Blattmann: su nombre es ley

PAREMIOLOCOGI@

Escucha la noticia

Circula por fin en nuestro país: “René Blattmann. Su nombre es ley” (Plural Editores, mayo 2025) en traducción oficial del libro publicado en Alemania (2023) del periodista Suizo Maurus Held. Cuenta la historia de vida del Dr. René Oswaldo Blattmann Bauer desde sus ancestros, pasando por su vida familiar y profesional de quien -en nuestro país- fue Ministro de Justicia (1994-1997) y llevó adelante la reforma del sistema de justicia boliviano, habiendo luego previo paso por la MINIGUA (Misión de verificación de las NNUU en Guatemala) y su -afortunadamente- infructuoso paso en la política boliviana, desempeñó exitosamente la función de Juez de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya (2003- 2012), además de una de sus Vice Presidencias.

Se trata sin duda alguna del Jurista boliviano que más alto ha llegado no solamente por ese brillante desempeño en la CPI, dictando clases de Derecho Penal Internacional en la Universidad Humboldt de Berlín y mereciendo varios destacados premios internacionales en materia de DDHH, incluyendo el Honoris Causa de esa prestigiosa universidad alemana.

Más allá del enorme cariño personal y admiración profesional que siento por el Dr. Blattmann pues fui orgullosamente uno de “sus Robins” desde la niña de sus ojos como era la Defensa Pública en Chuquisaca allá por los años 1994 adelante, apoyando la aplicación de las apodadas “Leyes Blattmann” y otras medidas que empezaron a cambiar el estado del arte de la justicia penal; sostengo que se trata de un inspirador libro que todo jurista boliviano debiera leerlo e incluso otros interesados en disfrutar no solamente historias de éxito, sino de la enorme trascendencia que tienen la dignidad personal y el desempeño profesional en la vida de las personas y de las instituciones.

En estas épocas en las que a la vista del reciente escándalo de moda del último consorcio judicial encabezado por el ex Ministro de Justicia con antecedentes o mejor continuación del tristemente célebre “gabinete jurídico”, se ha llegado incluso a plantear la desaparición del Ministerio de Justicia y hasta se cuenta el chiste que como habría tal Ministerio en un país donde escasea -también- el valor justicia; el desempeño en ese entonces en el flamante Ministerio de René -como le llama el autor del trabajo- prueba más allá de toda duda razonable que partiendo de la calidad humana y profesional de su titular, se pudo y puede contribuir significativa y especialmente positivamente a mejorar el siempre deplorable estado del arte de la justicia en nuestro país. A enorme diferencia de lo después ocurrido, sin necesidad de prostituir al judicial, Ministerio Público u otros organismos y peor, a sus operadores.

Recuerdo aun divertidamente la resistencia qué en aquellos momentos permeados por el sistema inquisitivo, mis colegas Abogados ofrecieron a esas reformas; en unos casos porque afectaba sus intereses – teníamos honorarios profesionales privilegiados, hasta con apremio- además de las gravísimas pulsiones autoritarias del sistema. Su liderazgo, templanza y profesionalismo fueron determinantes para “sus Robins”, jóvenes Abogados que contribuimos a su aplicación.

Lo demás es ya historia. El prestigio que alcanzó con esas reformas y desempeño en Bolivia y otras latitudes, le llevó a las grandes ligas del Derecho universal. Después de su frustrado paso por la política -no era lo suyo- y su prácticamente solitaria postulación en las NNUU para Juez de la flamante CPI, contra todo pronóstico pues nuestro país nunca se ha caracterizado -hoy peor- por gravitar en aquellos escenarios diplomáticos, fue electo por su Asamblea General como Juez de la primera Corte Penal Internacional y, por sus colegas Jueces como uno de sus Vice Presidentes. Conformó, junto con una Jueza costarricense y un Juez inglés, el Tribunal de 3 Jueces que dictaron la histórica primera sentencia de la CPI del “Caso Lubanga” por los crímenes de guerra del reclutamiento de niños soldados (Congo).

Se trata del jurista boliviano que más alto ha llegado en las grandes ligas universales del Derecho y el libro que les cuento sin aires de crítico literario nos describe esa inspiradora historia matizada por facetas de su vida familiar, como aquella que iba por La Haya en bicicleta desde su domicilio a la CPI (No con su toga de Magistrado, porque parecería que Batman cambió el Batimóvil por la bici). Es un libro que nos inspira especialmente a los Abogados pues nos muestra que para triunfar no es jamás necesario rifar nuestra dignidad y profesionalidad, sino exactamente todo lo contrario. Como solía decirnos nuestro querido Doctor Blattmann: Apunta a la luna, tal vez no la alcances, pero darás con las estrellas. Es que como escribe su biógrafo HELD: “El mundo nunca será lo suficientemente justo como para no necesitar más Abogados como René Blattmann. Es mucho más importante que existan. Que persigan y defiendan sus ideales”. Su viaje debe continuar… y su historia nos debe inspirar.

 


Cuentanos si te gustó la nota

50% LikesVS
50% Dislikes

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp