Escucha la noticia
Una interrogante que no tiene respuesta. Cristóbal Colón pasó casi siete años intentando convencer a los banqueros genoveses de que su proyecto era viable. Al no tener éxito en su intento de encontrar financiación, recurre a la corona de Castilla y con una gran convicción de lo que planteaba logra convencerlos y obtiene los fondos para poner en marcha uno de los emprendimientos más importantes de la historia.
Sin el propósito de exaltar la figura de Colón, personaje que es visto de formas distintas, su persona puede ser sin duda considerada como uno de los primeros emprendedores (el Elon Musk de la actualidad) del que se tenga conocimiento y del cual es inevitable rescatar grandes lecciones. Su convicción y la confianza que situó en su plan de negocios fueron los factores que lograron convencer en esa época a los Reyes Católicos de su audaz proyecto, peor aun en momentos en que la corona española atravesaba momentos difíciles. Tuvo la capacidad de ver lo que otros no y el coraje de enfrentar los riesgos que traía el lanzarse a una aventura por el Atlántico. Convencido con un optimismo obsesivo de que nada podía salir mal pudo ver las cosas de modo diferente al resto de los mortales de su época. Supo imponer un liderazgo capaz de convencer a los hombres que lo acompañaron a unirse a este arriesgado proyecto y con tan solo la fuerza de la confianza permitió que se lanzaran a lo desconocido. Sin embargo, su travesía no fue ajena a obstaculos y problemas. La tripulación estuvo a punto de amotinarse varias veces, pero Colón logró convencer a los pesimistas de que las aves que merodeaban a los lejos eran presagio de que había tierra cerca.
Esta experiencia describe con nitidez la ruta crítica de un emprendimiento pequeño, mediano o grande. El inspirar confianza en los demás, a pesar de tener vientos en contra y el no quebrar la energía y motivación son algunas de las capacidades que el emprendedor de hoy en ida necesita agudizar. Esto incluye el trabajar largas horas durante todos los días de la semana, especialmente en la etapa inicial y hacerlo siempre con entusiasmo, alegría y pasión.
A Colón la paciencia y perseverancia no le faltaron. Con la primera no se desmotivó pues el éxito tardó, pero llegó. Con la segunda venció los problemas, siguió adelante a pesar de las adversidades y jamás se rindió. Su capacidad de detectar el negocio y de diferenciar a las oportunidades de las simples posibilidades le permitió alcanzar uno de los mayores éxitos de la época.
Un emprendedor debe ser un Colón en su propia historia de éxito. Debe lograr repetir tamaña empresa con sus propios talentos y actitudes. Un gran tributo, admiración, respeto y agradecimiento a los emprendedores porque lo arriesgan todo a costa de un enorme sacrificio.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
