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Cuando hablamos de sedentarismo, generalmente lo asociamos directamente al sedentarismo físico que se da ante la falta de actividad del cuerpo y que muchas veces es generador de enfermedades y complicaciones de salud. Sin embargo, en estos tiempos de inteligencia artificial, será también interesante que empecemos a pensar en otras formas de sedentarismo, recordando a Hipócrates con su frase que decía: “Lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia”.
La Universidad de Stanford, una de las mejores universidades tecnológicas del mundo, tiene un laboratorio de tecnología persuasiva, cuya meta es desarrollar tecnología que permita manipular lo que las personas piensan y lo que las personas hacen.
La sociedad actual hipnotizada por sus pantallas, no sucede por simple casualidad, sino que es parte de un plan diseñado para ello. El líder de Netflix, declaró públicamente que ellos no compiten con las otras plataformas de Tv, sino que compiten con el sueño de las personas, una función vital para el bienestar primario de todo ser humano.
Las diferentes aplicaciones se valen de una serie de acciones sonoras que están hackeando constantemente nuestra atención para lograr tenernos totalmente cautivados de nuestras pantallas. En este contexto, será clave entender la gran diferencia que existe entre convencer, persuadir y manipular, en tres niveles radicalmente diferentes de amenaza contra nuestra voluntad en conciencia al momento de elegir.
En el Digital Enterprise Show 2023, Nina Schick, experta en inteligencia artificial y asesora de Joe Biden, sostuvo que la IA tendrá un impacto mayor que el internet, los smartphones y la computación en la nube. Schick sostiene que para el 2025, el 90% del contenido de internet tendrá alguna capa de IA y la humanidad aún no está preparada para ello. En esta coyuntura la educación juega un rol trascendental, ya que nos tocará descansar y hasta llegar a olvidar muchas tareas rutinarias y mecanizadas en la IA.
Cada vez que tercerizamos algo en la tecnología, vamos perdiendo las destrezas y habilidades que fuimos aprendiendo a lo largo de los años, para saber hacerlo mediante nuestros propios medios. Así que lo que será verdaderamente inteligente, será ser muy selectivos sobre cuáles tareas le vamos a ceder a la IA sin tener que caer en el sedentarismo cognitivo, que nos vaya deteriorando la capacidad de pensar, analizar y reflexionar por nuestra propia cuenta.
Tendremos que ser conscientes que la IA nos puede generar mucha comodidad y facilidad, ¿pero estamos entendiendo realmente la vital importancia de no caer en la ingenuidad y saber elegir qué vamos a tercerizar en ella?
Hoy en día es normal encontrar jóvenes que se sienten más cómodos chateando y compartiendo emoticones y que no son capaces de desarrollar una conversación de forma personal porque ya han adoptado al texting como su forma de expresión y de mantener su comunicación con el mundo.
Si empezamos a tercerizar excesivamente ciertos aspectos del pensamiento, en las máquinas, podemos empezar también a perder habilidades cognitivas y ahí entramos en el peligroso territorio del sedentarismo cognitivo, la falta de actividad del pensamiento.
Así que cerramos esta columna con la frase de Hipócrates con la que iniciamos este artículo…”lo que se usa se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia”… ¿nos desarrollamos?