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Por Gale L. Pooley1
Hay seis razones por las que el tiempo es una mejor manera de medir la abundancia de recursos en comparación con el dinero. Primero, los precios de tiempo contienen más información que los precios de dinero. Dado que la innovación reduce los precios y aumenta los salarios, los precios del tiempo captan más plenamente los beneficios del nuevo conocimiento valioso y el crecimiento del capital humano. Mirar solo los precios sin mirar también los salarios solo cuenta la mitad de la historia. Los precios del tiempo hacen que sea más fácil ver la imagen completa.
En segundo lugar, los precios del tiempo trascienden todas las complicaciones asociadas con tratar de convertir los precios nominales en precios reales. Los precios del tiempo evitan los ajustes subjetivos y discutidos como el índice de precios al consumidor, el deflactor de precios del PIB, el deflactor de precios implícito, el índice de precios de gastos de consumo personal y la paridad del poder adquisitivo. Los precios del tiempo utilizan el precio nominal y el ingreso por hora nominal en cada momento, por lo que no es necesario realizar ajustes por inflación.
En tercer lugar, los precios de tiempo se pueden calcular en cualquier producto con cualquier moneda en cualquier momento y en cualquier lugar. Esto significa que puede comparar el precio en tiempo del pan en Francia en 1850 con el precio temporal de las naranjas en Nueva York en 2023. Los analistas también tienen la libertad de seleccionar entre una variedad de tasas de ingresos por hora para utilizar esta última como denominador para calcular los precios temporales.
Cuarto, el tiempo es una constante objetiva y universal. Como ha señalado el economista estadounidense George Gilder, el Sistema Internacional de Unidades ha establecido siete métricas clave, de las cuales seis están limitadas de una forma u otra por el paso del tiempo. Como el único elemento irreversible en el universo, con direccionalidad impartida por la entropía termodinámica, el tiempo es el último marco de referencia para todos los valores medidos.
Quinto, el tiempo no se puede inflar ni falsificar. Es a la vez fijo y continuo.
Sexto, tenemos perfecta igualdad de tiempo con 24 horas en un día. Deberíamos estar comparando la desigualdad de tiempo, no la desigualdad de ingresos. Si mide las diferencias en la desigualdad de tiempo en lugar de la desigualdad de ingresos, obtiene una imagen completamente diferente del estado del mundo. En pocas palabras, casi todo el mundo tiene más tiempo para hacer cosas que no sean atender a su subsistencia.
Estas seis razones hacen que el uso de precios en tiempo sea superior al uso de precios monetarios para medir la abundancia de recursos. Los precios del tiempo son elegantes, intuitivos y simples. Son los verdaderos precios que pagamos por las cosas que compramos en la vida.
Para obtener más información sobre los precios del tiempo, consulte Superabundancia de Marian L. Tupy y Gale L. Pooley.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (Estados Unidos) el 7 de junio de 2023.
1Gale L. Pooley es un profesor asociado de economía en Brigham Young University, Hawaii.
*Este artículo fue publicado en panampost.com el 07 de junio de 2023
