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El tema de fondo es distinguir y saber si existe realmente un buen periodismo, y que éste a su vez, no se auto boicotee dedicando más tiempo y espacio al entretenimiento, solo por captar más consumidores; y, menos aún acabar siendo un seudo periodismo como medio de manipulación mediática y desinformación a la sociedad, donde se mida tendencias para distraer y confundir a la gente mientras se tapan u ocultan hechos nocivos como corrupción.
Los usuarios usualmente porque es gratis utilizan muchas aplicaciones; sin embargo, en realidad nada es gratis, su propia información personal y sus preferencias son mercadería que accede el otro a cambio de esa supuesta gratuidad, por mucho que también supuestamente se diga que se comprometen a no usar tales datos.
Tampoco es cuestión de velocidad incentivando a que todo sea rápido y breve en la información ante tanta polución informativa existente. Es toda una incoherencia pues el usuario supuestamente que desea todo rápido resulta que se ocupa y pierde mucho tiempo de su vida, viendo videos e información que los entretiene y distrae, sin productividad real alguna.
La prisa no es un valor añadido sino todo lo contrario, vivir de forma acelerada y hacer muchas cosas a la vez (viviendo constantemente a la carrera y sobre la hora), no solo provoca aumento de cansancio y estrés, que conlleva a problemas de salud física y mental, sino que además es caldo de cultivo a mentiras y engaños. No porque casi todos lo hagan, significa que sea mejor.
El buen periodismo puede plasmarse en múltiples espacios y plataformas. Lo relevante es brindar contexto y profundidad, información verificada, veraz basada en evidencia, que permita a la sociedad vivir mejor y tomar buenas decisiones informadas.
En ese sentido, plataformas digitales, sea cual sea, con el nombre que sea, que esté de moda o por muy popular que sea en redes sociales, únicamente podrá servir de puente para un consumo de periodismo de calidad y profundidad. Lo contrario, solo será un chisme sintético.